El general Augusto Pinochet Ugarte llegó al poder en un golpe de estado el 11 de septiembre de 1973 perpetrado por las tres ramas de las fuerzas armadas y la policía de Carabineros.
Tras el derrocamiento del presidente socialista Salvador Allende, quien meses antes había nombrado a Pinochet al frente del ejército, se instauró una junta militar encabezada por los cuatro jerarcas de los cuerpos de seguridad.
Aunque la idea original era de tener una presidencia rotativa entre los cuatro miembros, Pinochet logró mantenerse como jefe de la junta y luego proclamarse Presidente de la República.
Dos días después del golpe, la junta militar disolvió el Congreso y el Estadio Nacional de Santiago se convirtió en una inmensa prisión donde fueron recluidos aquellos considerados enemigos del nuevo régimen o adeptos al gobierno socialista.
Unas 130.000 personas fueron arrestadas en los primeros tres años del régimen, y el número de desaparecidos alcanzó millares de personas en los primeros meses de la dictadura.
Años de barbarie
En los 17 años que estuvo el régimen militar en el poder, más de 3.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas mientras que la práctica de la tortura alcanzó niveles de barbarie por la crueldad de los métodos utilizados por los militares.
Un informe divulgado el año pasado recogió el testimonio de 35.000 personas que habrían sufrido torturas bajo el régimen de Pinochet.
Al gobierno militar también se le acredita la modernización económica de Chile, que ha permitido al país mostrar una estabilidad muy por encima de sus vecinos.
Pinochet dejó el poder después de perder, en forma inesperada para él, el plebiscito de 1988, entregando el poder en marzo de 1990 al demócrata cristiano Patricio Aylwin.