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Policía murió por proteger a una rehén

El policía que perdió su vida el miércoles en Santa Elena de Monteverde -provincia de de Puntarenas-, pudo evitarlo si hubiese respondido el fuego del asaltante Erly Hurtado.
Pero no lo hizo, porque Hurtado usó a una rehén como escudo. Si el oficial Óscar Gerardo Quesada Fallas hubiese activado el gatillo de su arma, quizás habría salvado su vida, pero hubiera puesto en peligro la de la mujer.
" Máquina (así conocían sus amigos a Quesada) se pudo salvar si hubiera disparado, pero no lo hizo porque podía herir a la rehén. Máquina dio su vida", manifestó ayer el presidente de la República, Abel Pacheco.
Al frente. Quesada Fallas encabezó el grupo de la Unidad Especial de Intervención (UEI), cuerpo de élite de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS) que incursionó en el edificio del Banco Nacional en aquella población turística.
La acción de este equipo policial permitió liberar a 11 personas que permanecían como rehenes en la agencia.
Aunque el oficial llevaba un chaleco antibalas, un proyectil, de la ráfaga que disparó Hurtado, lo alcanzó a a la altura de la ingle y le provocó la muerte.
Quesada encabezó el equipo que entró en el banco, quizás porque era uno de los hombres con más experiencia.
Tenía 27 años de trabajar en el campo de la seguridad pública, 20 de los cuales los dedicó a la Unidad Especial de Intervención de la DIS.
Quienes conocieron a Óscar Gerardo Quesada Fallas comentaron que falleció mientras hacía lo que más amaba.
Además, uno de sus compañeros -de apellido Alpízar- recordó que el oficial asesinado era de los que nunca quería quedarse sin participar en un operativo policial.
Similar criterio exteriorizó Jorge Quesada, hermano de la víctima, quien recordó que la familia sabía que en cada misión, había un riesgo.
Y es que esa vocación por el trabajo en el campo de la seguridad se lleva en la sangre. Tres hermanos de Quesada Fallas y su hijo mayor -Jeffry Gerardo Quesada-, de 19 años, laboran en ese terreno.
El oficial era nativo de la ciudad de San José; tenía 44 años y estaba casado con Ana Lorena Navarro. El matrimonio procreó tres hijos.

  • POR Berlioth Herrera
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