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Entre la última semana de marzo y la primera de abril la estación lluviosa hizo su aparición en el territorio nacional, comenzando en el Pacífico Sur.
Para mayo serán los habitantes del Valle Central los que reciban las lluvias y al final del mes los del Pacífico Norte, donde llegarán con retraso.
De acuerdo con un informe de la temporada que dio ayer el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) para este año se esperan cantidades normales de precipitación, a pesar del mal augurio por el temporal que golpeó la vertiente del Caribe a inicios de año.
El pronóstico señala que por la permanencia del fenómeno de El Niño (calentamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial por corrientes marinas) caerán aguaceros de fuerte intensidad y muy localizados, sobre todo durante el primer semestre.
También por efectos de El Niño es posible que la temperatura ambiental aumente en un grado centígrados, aunque ya durante marzo estuvo al menos dos grados por encima de lo normal.
Dos huracanes. El IMN anunció que Costa Rica podría sufrir los efectos de dos huracanes durante la temporada que va de mayo a noviembre.
"Durante agosto y setiembre la trayectoria de los huracanes en el Caribe es de este a oeste pero para octubre y noviembre pasan muy cerca del país", explicó Paulo Manso, director del IMN.
La temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico (incluye Mar Caribe, Océano Atlántico y Golfo de México) se prevé menos activa que la del 2004.
El año pasado hubo 15 tormentas tropicales, nueve de las cuales se convirtieron en huracanes, mientras que para este año el pronóstico es que de 11 tormentas, seis lleguen a ser huracanes.
De cumplirse las expectativas, los dos últimos años superarán el promedio histórico (1950-2002) de diez tormentas por año.
"No es tan importante el número, sino prevenir", agregó Lixion Ávila, especialista del Instituto Nacional de Huracanes de los Estados Unidos. Como ejemplo citó el huracán Andrew que fue el único de 1992 y fue devastador en la Florida.
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