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Ciudad del Vaticano. AFP. Centenares de fieles acudieron anoche espontáneamente a la plaza de San Pedro en cuanto se enteraron por televisión de que el estado del Papa se había agravado.
Dos hombres del barrio, Antonio, de 38 años, y Luigi, de 33 años, ambos empleados, declararon: "Nos acercamos porque la televisión dijo que era grave".
"El papa Juan Pablo II es una personalidad muy fuerte y por eso estamos aquí, no como católicos sino por respeto por lo que ha sido", añadieron.
Un círculo de ocho jóvenes rezaba en la plaza mientras una joven dejaba escapar las lágrimas mientras hablaba por teléfono.
"Estaba celebrando mi cumpleaños con amigos periodistas y sonaron sus teléfonos. Enseguida entendí que era grave y me viene aquí", explicaba Jennifer Cole, de Los Ángeles.
Las luces de las sirenas de los carros de policía iluminaban la parte delantera de la explanada de la basílica, protegida con barreras de seguridad.
El agolpamiento de fieles y curiosos se mantenía más alláde esas barreras y nadie podía entrar en la plaza, rodeada por las columnas. Numerosos policías uniformados y vestidos de civil estaban presentes. en la plaza de San Pedro.
Las luces del apartamento del Papa se apagaron hacia las 23:30 (21:30 GMT) pero la basílica y las comunas seguían iluminadas.
El ministro de Agricultura, Gianni Alemanno, acudió unos minutos a la plaza de San Pedro, acompañado de varias personas, después de enterarse de la agravación del estado del Papa cuando estaba en un programa de televisión.
"Esperamos que todo vaya bien", declaró el ministro, que permaneció un cuarto de hora allí y aseguró que no disponía de más información que los periodistas. Alemanno visitó al Papa en el hospital Gemelli durante su primera hospitalización, del 1 al 10 de febrero.
Al amanecer de hoy viernes la plaza se encontraba ya prácticamente vacía.
La explanada se vació progresivamente y, poco después de las tres de la mañana, solo quedaban unas cuantas personas en compañía de periodistas, equipos de televisión y miembros de las fuerzas del orden.
Una decena de coches de policía seguían de guardia. La circulación en la plaza de San Pedro estáprohibida hasta nueva orden, indicó un carabinero de guardia.
En el resto del mundo, abundaron las oraciones por el Pontífice.
Como hecho curioso, el presidente del Senado de México, el oficialista Diego Fernández de Cevallos, pidió anoche en el pleno de la Cámara Alta, guardar un minuto de silencio por la "muerte" del Papa Juan Pablo II.
Fernández de Cevallos pidió a su colegas honrar la "memoria" del Pontífice al iniciar una sesión del Senado. Un cuarto de hora después, interrumpió la sesión para comunicar el error.
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