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MÓNACO. El finlandés Kimi Raikkonen dio una lección al volante de su McLaren-Mercedes, ayer en el Gran Premio de Mónaco, al lograr su segunda victoria consecutiva en el Mundial de Fórmula 1, mientras su rival Fernando Alonso (Renault) pasaba un mal trago y terminaba cuarto.
"Nos hemos propulsado en nuestra batalla por el Campeonato del Mundo", se felicitó el vencedor, que afirma contar con la mejor combinación actual de carrocería, motor y neumáticos.
Confirmando la superioridad que demostró hace 15 días en el Gran Premio de España, Raikkonen dominó todo el tiempo la carrera en el complicado circuito del Principado, para arrebatar la segunda plaza del campeonato de pilotos al italiano Jarno Trulli (Toyota), con 27 puntos.
Pero el español, cuarto en Mónaco detrás de los Williams del alemán Nick Heidfeld y del australiano Mark Webber, sigue firme en el liderato.
"Hemos ido bien a lo largo de todo el fin de semana y he podido controlar la carrera. He podido atacar y crear una distancia considerable para, cuando llegara el momento, entrar en boxes y recuperar mi lugar" en cabeza, explicó Raikkonen, que dio a McLaren su victoria número 13 en el Principado, todo un récord.
"Después, he podido relajarme un poco y prestar atención a mi vehículo y a mis neumáticos", añadió el finlandés.
El inesperado quinto puesto del colombiano Juan Pablo Montoya, que salió del final de la parrilla tras ser penalizado por provocar un accidente en los entrenamientos libres, permite además a McLaren adelantar a Toyota en la clasificación de escuderías, con 51 puntos, 12 menos que Renault.
Fue un estupendo resultado para celebrar el Gran Premio número 200 de Mercedes.
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