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Aguas Claras, Upala. Para establecer relación con los productores de palmito de este distrito norteño, los colombianos Uribe y Dueñas se hicieron pasar por intermediarios con muy buenos contactos en el mercado europeo.
"Ocurrió hace un año cuando nuestra Asociación de Productores Agrícolas (Ampayacu) estaba en serios aprietos económicos pues no lograba exportar palmito por falta de mercado", recordó ayer Avelino Alvarado, presidente de esa organización.
"Nos dijeron que además eran ganaderos establecidos en Tilarán y que nos podían ayudar a vender nuestro producto en Inglaterra y España", agregó Alvarado, de 40 años.
Aunque no precisó quién le presentó a los suramericanos, aseveró que nunca sospecharon de ellos pues creían que actuaban de buena fe.
Incluso aceptaron pagarles un dólar de comisión por cada caja que vendieran. "A nosotros únicamente nos compraron dos contenedores", puntualizó.
Sostuvo que les tenía tal grado de confianza que accedió a darles un local en la planta para que lo usaran como dormitorio.
Alvarado dijo sentirse traicionado y burlado por los sospechosos. Está casi seguro de que fue una noche a inicios de abril cuando abusaron de su confianza para colocar la cocaína en las latas de palmito que no estaban selladas.
"La tarde de ese día me argumentaron que los compradores en Europa exigían que la codificación de la mercadería se hiciera manual y que ellos se encargarían de hacerlo en la noche", rememoró.
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