La creciente demanda de productos de mayor valor agregado ambiental y social es una constante en los mercados internacionales, y específicamente en Europa.
Por ejemplo, en Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda y Suiza existen cadenas de supermercados especializadas en la oferta de productos elaborados respetando al ambiente y bajo condiciones laborales adecuadas.
La mayoría de estos productos tienen sellos ambientales y sociales. Existe una amplia variedad de sellos, aquellos que certifican que los productos reducen la carga ambiental, o que han sido producidos bajo una agricultura biológica, o manufacturados en forma amigable con el ambiente, o bien, que provienen de bosques manejados ambientalmente.
Siendo el mercado europeo un destino muy importante para las exportaciones de Costa Rica, esta creciente demanda debe ser analizada por nuestros empresarios.
La elaboración de productos de mayor valor agregado requiere de una estrategia empresarial basada en el desarrollo sostenible y la gestión de la innovación.
A partir de su estrategia, las empresas deben rediseñar sus productos y procesos para que estos satisfagan requisitos sociales y ambientales; vigilar los adelantos tecnológicos que les permitirán realizar mejoras y definir la relación con sus proveedores, comunidad y otros actores.
Existen empresas que a partir de valores centrados en la prote-cción del ambiente, el mejoramiento de la salud y la calidad de vida de las personas han logrado lanzar al mercado cientos de productos innovadores: alimentos con mayor contenido nutricional, alimentos que mejoran la digestión, productos orgánicos, productos con empaques biodegradables, materias primas no contaminantes.
En el país tenemos varios ejemplos de empresas innovadoras, pero necesitamos aún más empresas que estén visualizando el lanzamiento de productos dirigidos a mercados exigentes en términos sociales y ambientales.