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Una moción que se aprobó ayer en el plan fiscal determinó que los bancos domiciliados en el exterior ( offshore ) tributarían como parte de las rentas consolidadas del grupo financiero al cual pertenecen en nuestro país.
El proyecto de reforma fiscal, que se discute en la Asamblea Legislativa, dispone específicamente que los bancos offshore cancelarán un impuesto específico de $300.000 anuales.
Estipula que los grupos financieros y los bancos paguen un 30 por ciento del impuesto de renta sobre utilidades netas.
Los bancos offshore fueron gravados con un impuesto específico de $125.000 anuales en la Ley de simplificación tributaria aprobada en junio del 2001.
Posteriormente, con la promulgación de la Ley de contingencia fiscal (en el 2003) se les aumentó el gravamen a $300.000 anuales. Esta suma es la que actualmente cancelan al fisco.
La liberacionista Joyce Zürcher, una de las proponentes de la moción, argumentó que la medida pretende "estandarizar" el pago del impuesto de renta de los intermediarios financieros que tienen sucursales en el exterior.
Rodrigo Alberto Carazo, del Partido Acción Ciudadana, quien impulsó una enmienda similar a la de Zürcher, dijo que la modificación aprobada evitará que los bancos realicen una "contabilidad creativa", con la cual pagar menos tributos.
La comisión fiscal también aprobó cambios en los requisitos para que las empresas de alta contribución a la modernización y al desarrollo social (pioneras) se hagan acreedores de una tasa del 15% de impuesto de renta.
Por ejemplo, que se ubiquen en los cantones de menor desarrollo relativo fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).
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