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En las últimas semanas, la Sugeval ha cuestionado en forma más intensa las operaciones de recompra en la Bolsa , razón por la cual parece importante explicar las razones que subyacen en esa inquietud y cuál es la actitud que se esperaría de los intermediarios.
Las recompras son operaciones totalmente legítimas y utilizadas en los mercados internacionales como mecanismo eficiente para acceder a liquidez de corto plazo, con respaldo de una cartera de valores. Esa posibilidad representa una significativa ventaja para los inversionistas que pueden invertir a largo plazo y enfrentan necesidades temporales de efectivo. Así, en vez de invertir a corto plazo, penalizando la rentabilidad, el inversionista adquiere títulos de mayor plazo y mejor rendimiento y, en caso de que llegara a requerir fondos para situaciones imprevistas, las recompras son un medio efectivo para garantizarse liquidez.
Las operaciones de recompras son un mecanismo interesante para aumentar el retorno de capital, ya que son una forma de endeudamiento. De esta forma, un inversionista, por ejemplo con $10.000, podría adquirir $50.000 en títulos, poniéndolos en garantía mediante recompras y financiar los otros $40.000. En la medida que los títulos den una rentabilidad mayor al costo de las recompras, el inversionista agrega rendimiento a sus $10.000. En algunos mercados, estas estrategias son conocidas como marginación, mientras aquí se l llama "recompras apalancadas".
Si brindan estos beneficios, ¿por qué la Sugeval está tan preocupada por esta figura? Son varias las razones.
Actualmente, las recompras a veces representan más del 90% de la operación del mercado secundario de un día, sustituyendo el verdadero sentido de un mercado de valores: dar "precio" o cotizar activos financieros de corto y largo plazo. De hecho, las recompras representan casi la mitad de la negociación de un año en la bolsa. Así, su gestión se aproxima más a la de las tesorerías de los bancos que a la típica labor de un puesto de bolsa. No en balde algunos piensan que son como un "matapalo" para el mercado.
Las recompras, si son de corto plazo, penalizan la rentabilidad de inversionistas que podrían invertir a largo plazo y que aún así se les recomienda su compra. Lo anterior se agrava si se considera que esta práctica no se limita a un pequeño segmento, lo que hace sospechar que dominan una gran cantidad de portafolios individuales que podrían tener mejores retornos. Cabe mencionar que un operador podría justificar una estrategia de recompras por una potencial escalada en las tasas de interés. Esa ruta no parece acertada, ya que las tasas en dólares podrían estar acercarse a un nivel de estabilidad y podrían advertirse otras opciones más rentables para el mismo plazo.
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