Río de Janeiro. AP. El expresidente boliviano Carlos Mesa advirtió que la permanencia del actual mandatario dependerá de que su país entienda que su única función es administrar las próximas elecciones.
"Si eso es entendido y el país es informado, podrá gobernar", declaró en una entrevista con el diario brasileño O' Globo , publicada ayer.
Fue la primera vez que Carlos Mesa se refirió a su renuncia a la presidencia, que operó como una válvula de escape para el clima de caos y de insurrección que se había instalado sobre el vecino país en los días que precedieron a la designación del presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, como primer mandatario.
Mesa omitió identificar quién estuvieron involucrados en el proceso que lo llevó a renunciar.
"El poder tiene muchas ramificaciones", dijo. "Pero no quisiera ahora, cuando aún tengo un pie en el Palacio de Gobierno, entrar en una polémica que en el momento adecuado deberá ser encarada. El país precisa unidad y tolerancia".
Mesa dijo que ahora Bolivia debe recuperar la vigencia plena del estado de derecho y que, para evitar un grave derramamiento de sangre, pagó el precio de flexibilizar los mecanismos institucionales.
Él fue el segundo presidente en menos de dos años en dejar la primera magistratura agobiado por la ebullición política y social.