Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Bagdad. DPA. Lo que ocurrió ayer en el puente al-A'ema de Bagdad supera incluso la imaginación de los iraquíes, tan acostumbrados a las noticias horrorosas.
La primera aglomeración de gente se produjo en horas de la mañana, debido a que la Policía había colocado en la vía bloques de hormigón para reducir la velocidad del tráfico. De repente, una oleada de peregrinos se agolpa en los retenes de seguridad.
"En el puente había miles de personas. Súbitamente escuchamos a alguien gritando que hay terroristas suicidas. Se expande una onda de horror, se desata el pánico", narró Abdul Sada Finyan, uno de los peregrinos que logró salir ileso. Recordó cómo los peregrinos se aplastaban en el suelo pisoteando a niños y mujeres desmayados en medio del fuerte calor. Varios peregrinos, presa de la histeria, se lanzaron al río, otros cayeron sobre la barandilla.
"Cuando la Polícía vio lo que estaba pasando en el puente, los agentes efectuaron disparos al aire, lo que solo hizo que cundiera aún más el pánico entre la gente", relató Mohammed Abdul Bari, quien vio la tragedia con sus propios ojos. En su opinión, el primer ministro iraquí, Ibrahim Yafari, debe despedir al ministro del Interior, Bayan Baker Solagh, por ser el responsable de las deficientes medidas de seguridad adoptadas por la Policía.
Solagh también recibió críticas de otros miembros del gabinete. El ministro, un chiita, trató de justificarse a sí mismo presentando el accidente como una consecuencia del terrorismo.
Este documento no posee notas.