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Nueva Orleans. EFE. El presidente de EE. UU., George W. Bush, enfrentado a duras críticas, admitió ayer que el resultado de la operación de emergencia no es el esperado pero aseguró que va a cambiar, habrá más ayuda y Nueva Orleans volverá a ser lo que era.
"Estoy satisfecho con la respuesta. No lo estoy con los resultados", dijo Bush cuando le preguntaron las razones por las que el país más rico del mundo tenía dificultades para hacer frente a la catástrofe provocada por el huracán Katrina .
Medios de prensa fustigaron al gobierno por considerar que respondió en forma deficiente, mientras que el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, arremetió contra Bush al señalar que no tenía idea de la magnitud de la catástrofe.
El gobernante rechazó de plano la versión de quienes dicen que EE. UU. no tiene capacidad para hacer frente a este desastre y a la guerra de Iraq al mismo tiempo. "Haremos las dos cosas. Tenemos recursos para ambas", dijo.
Bush se reunió con el alcalde Nagin para asegurarle que las cosas van a cambiar y que, de hecho, ya comenzaron a mejorar ayer con la entrada a la ciudad de un convoy militar cargado con provisiones para los damnificados.
"Vamos a restablecer el orden en Nueva Orleans" y la ciudad volverá a ser la gran ciudad que era antes, dijo Bush al comienzo de la gira que realizó ayer por las zonas más dañadas por el huracán, para comprobar de primera mano el alcance de la tragedia e intentar levantar los ánimos de los afectados.
Antes de llegar a Nueva Orleans, Bush sobrevoló las costas de Misisipi e hizo una pequeña escala en la ciudad de Biloxi (Misisipi), una de las más dañadas por el huracán y en las que más víctimas mortales se han registrado hasta el momento.
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