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Las curvas más prestigiosas y legendarias de la historia de la música están en los violines hechos por el italiano Antonio Stradivari (1644-1737). Tanto que hoy, tres siglos después, los científicos aún insisten en descifrar por qué estos colochos de madera suenan tan maravillosamente.
Científicos de la Mid Sweden University (Mittuniversitetet) de Suecia colocaron algunos de estos instrumentos bajo el más sofisticado análisis morfológico, químico y acústico. Sin embargo, los resultados obtenidos solo confirmaron lo que se creía.
"No es posible reproducir los violines Stradivarius de manera exacta porque, entre otras cosas, la madera de que están hechos es un material vivo que tiene grandes variaciones naturales. Pero seguimos en el intento", explicó Mats Tinnsten.
Los suizos ya tienen nuevas cifras sobre la forma y las propiedades de la madera de estos violines, por lo que aseguran que mediante un equipamiento informático avanzado lograrán la información necesaria para reproducir el sonido de un Stradivarius original a mediano plazo.
Morenos y redondeados. Los Stradivarius tienen un cuerpo hueco de 70 a 90 piezas y, en conjunto, pesan no más de 280 gramos. No hay dos Stradivarius iguales, pero los especialistas en acústica -ciencia que estudia y trata las leyes y propiedades por las que se produce y transmite el sonido- coinciden en que su delicada forma es la que determina su sonido dulce y aterciopelado.
Por esta razón, las proporciones físicas y acústicas exactas de un Stradivarius es lo que los científicos suizos de la Mittuniversitetet intentan identificar para recrear un violín con la misma sonoridad de un Stradivarius.
Por ahora los suizos continúan analizando las ondas sonoras que se producen en el interior de estos violines, y realizan cálculos de los decibeles -unidad para la medición la potencia de los sonidos- en la parte superior del violín.
"Creemos que con la ayuda de los métodos de optimización matemáticos más avanzados podremos determinar qué forma debería tener la parte superior de un violín para lograr las mismas propiedades que un Stradivarius genuino", dijo el científico Peter Carlsson.
"Aunque tenemos algunas medidas, todavía no hemos podido copiar la forma exacta del violín pues restan análisis de sus otras partes y porque no solo se trata de una cuestión de forma, sino también del material de construcción, que es un tema por dilucidar", agregó Peter Carlsson.
Los investigadores destacan que los violines Stradivarius están hechos de una madera que tiene trescientos años de antigüedad.
Instrumento vivo. El debate físico y químico sobre la edad de la madera y la manera como incide en su sonoridad son insumos por someter a investigación científica.
A finales del 2004 Joseph Nagyvary, bioquímico de la Universidad de Texas A&M, difundió que el secreto de la fabricación de estos violines no está en la construcción del instrumento, sino en los químicos que se ponen en la madera, lo que es lo mismo, en el barniz que la preserva y da al instrumento su belleza y timbre de sonoridad propio.
"Se puede comprobar que la madera de los Stradivarius fue expuesta a diferentes procesos químicos necesarios para destruir y prevenir plagas, y que este proceso dotó de una sonoridad más cristalina a la caja de resonancia de estos violines", explica Nagyvary.
Por su parte, los suizos recalcan que, aunque Stradivari dejó instrucciones sobre su composición, nadie ha elaborado nunca un barniz similar. "La polémica versará sobre si el envejecimiento de la madera influye en que los Stradivarius suenen mejor ahora que en vida de su creador.
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