Para medir la pobreza en nuestro país se utiliza el método de línea de la pobreza.
Con este método se compara el ingreso promedio por habitante con el costo promedio por persona de la canasta básica alimentaria, más un monto adicional para cubrir otras necesidades, como vivienda y salud.
Se consideran pobres los hogares cuyo ingreso promedio por persona es insuficiente para comprar la canasta más el monto adicional.
No obstante, tanto la medición de la canasta básica como la de los ingresos enfrentan dificultades.
Para escoger los alimentos de la canasta se utilizó como referencia la encuesta de 1987 y 1988, cuando las costumbres de consumo eran diferentes.
Además la canasta contiene pocos productos (44), lo que genera que la variación en uno de ellos pueda afectar en gran medida el resultado.
La información de los ingresos se obtiene de la Encuesta de hogares que realiza el INEC en julio de cada año.
Se consideran como ingresos los salarios, las ganancias de los trabajadores por cuenta propia, las pensiones, subsidios, becas en dinero, intereses y alquileres, entre otros.
Pero se dejan por fuera el aguinaldo, el salario escolar, los salarios en especie (como alimentos), herencias, loterías y ganancias de capital, entre otros.
Además no todas las personas declaran lo que ganan.
Estos factores hacen pensar al investigador Ronulfo Jiménez que los ingresos que se consideran para medir la pobreza están subestimados.
Una prueba es que estos ingresos se quedan por debajo de los que obtiene el Banco Central al medir la producción.
El INEC realizó una nueva Encuesta de ingresos y gastos con la actual actualizará la canasta básica el próximo año y realiza estudios para mejorar la medición.