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El binomio de los Lakers de los Ángeles y los Warriors de Golden State podría convertirse en la "Caja de Pandora", por las muchas cosas buenas, no malas, que podrían deparar a partir de hoy.
Los Lakers confían en los buenos resultados del reencuentro de Kobe Bryant con el coach Phil Jackson, después de una temporada miserable.
Kobe posee tres anillos de la NBA, luce el décimo tercer mejor promedio de la historia en puntos (22,4) y para él apenas quedó en el olvido el libro de Jackson, Mi última temporada , en el cual afirma que Kobe es ingobernable.
Jackson, maestro del Zen, luce nueve anillos de campeón, domina teorías del juego como para llenar el Staples Center y ha aceptado el reto de responder a su salario de $30 millones por tres años, rescatando a los Lakers tras la primera temporada sin llegar al playoff en 11 años.
Los Lakers defraudaron el año anterior. No hubo química entre Kobe y el resto de jugadores, la defensa y el tiro desde el perímetro se mostraron débiles, lo cual Jackson promete enmendar con la adquisición de Kwame Brown, de 23 años, 2,10 metros, 243 libras y de quien Michael Jordan tuvo extremo cuidado cuando empezó con los Wizards.
Pieza valiosa de Jackson es el talentoso Lamar Odom, quien unido a Kobe y Kwame, serían elementos vitales para el desarrollo del famoso triángulo ofensivo, que le produjo tantas victorias al entrenador Phil Jackson con los Bulls de Chicago.
Warriors optimistas. Después del horroroso arranque el año anterior, los Warriors de Golden State jugaron el mejor baloncesto de la NBA en la segunda parte de la temporada tras el arribo del distribuidor de 26 años y dos veces convocados para el Juegos de Estrellas, Baron Davis.
Los Warriors mejoraron de 16 ganados y 38 perdidos antes del cambio de Davis con Nueva Orleans, a 18 victorias y 10 reveses, incluso el sprint final de 15 victorias y 5 derrotas, el excelente promedio de 109,6 puntos por juego y la ventaja en anotación durante un partido contra el líder de la especialidad, Suns de Phoenix. Glolden State no ha ido a la postemporada durante 11 años, cuatro menos que la sequía de los Clippers de 1976 a 1990. Con Davis y de actuar como lo hizo últimamente, romperá el curso de la historia.
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