Buenos Aires. Reuters. Diplomáticos de 34 países iniciaron ayer las deliberaciones de la IV Cumbre de las Américas en la ciudad argentina de Mar del Plata, detrás de un muro de seguridad que protegerá la cita a la que asistirá el presidente estadounidense George W. Bush.
Los negociadores procuran pulir los documentos que firmarán los líderes junto a la declaración final de la cita, en la cual se discutirán durante seis días temas geopolíticos, sociales y comerciales de una región marcada por las desigualdades.
Los presidentes deliberarán sobre las herramientas para mejorar las condiciones de empleo en la región, con el demorado proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) como fondo y como centro de roces entre EE. UU. y algunos países de Suramérica como Brasil, Argentina y Venezuela.
La llegada de los líderes se aguarda para el viernes y, como se ha hecho tradicional en las grandes reuniones de jefes de Estado, habrá una contracumbre y numerosos actos de repudio a la figura de Bush, uno de los cuales será liderado por el exastro del futbol Diego Armando Maradona.
Imágenes de televisión mostraban ayer decenas de vehículos policiales y militares recorriendo la gigantesca área cercada donde se desarrollará la Cumbre.
Presos. "Estamos como encarcelados", dijo un vecino de Mar del Plata al canal de noticias TN.
Los ciudadanos que viven en la zona protegida fueron censados y acreditados por las autoridades para poder entrar y salir de sus propias casas.
Muchos optaron por dejar Mar del Plata y regresar después del sábado, cuando termina la cita.
El operativo de seguridad generó mucha atención en Argentina, un país que fue blanco de atentados de gran escala en los 90, cuando la embajada de Israel fue destruida, y dos años después volaron la mutual judía AMIA.