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Sixaola, Limón. Una candela, con la que se alumbraba una familia, posiblemente provocó el domingo un incendio en el que murieron dos hermanos en su casa.
El suceso se produjo en el caserío conocido como Suiche, en Paraíso de Sixaola, cantón limonense de Talamanca.
Es un pueblito donde no hay electricidad, razón por la cual los moradores utilizan las candelas para alumbrarse.
Los menores fallecidos son la niña Nayeli Robinson Cajina, de cuatro años, y Saúl Robinson Cajina, de un año y ocho meses.
Los niños eran hijos de Guillermina Robinson Cajina, de 43 años, quien es madre de ocho menores más.
La señora es de origen nicaragüense, pero reside en Costa Rica desde hace más de diez años y se gana la vida vendiendo empanadas y mamones chinos.
Las autoridades presumen que la causa probable del incendio fue una candela.
No está claro para las autoridades si la vela cayó al piso o si los mismos niños estaban jugando con ella en el cuarto.
Al parecer, las llamas se extendieron por las paredes de madera hasta alcanzar a los menores.
Con la hermana. Aproximadamente a las 8 p. m. del domingo, Guillermina Robinson salió de la casa para visitar a una hermana que vive en las cercanías.
La señora dejó a los dos hijos al cuidado de otro niño, de ocho años.
El resto de hijos de Robinson al parecer estaban en la casa de otros parientes.
Cuando la señora Robinson tenía unos 15 minutos de estar en la casa de su hermana, el chiquito de ocho años llegó pegando gritos y le dijo a su mamá que la casa y sus dos hermanos se habían quemado .
La madre corrió hacia la vivienda, pero la encontró en cenizas.
Cuando preguntó, en forma desesperada, por sus dos hijos, los vecinos le dieron la mala noticia.
Minutos después el personal de la Cruz Roja llegó al sitio y verificó la muerte de los dos pequeños.
Debido a que la madre se encontraba con una crisis nerviosa, fue trasladada a la clínica del Seguro Social del poblado de Home Creek, Talamanca.
Roberto Alfaro, uno de los vecinos, fue el primero en llegar al lugar de la tragedia.
Él relató que cuando estaba ensu vivienda observó un resplandor y al asomarse comprobó que la pequeña casa de su vecina estaba en llamas.
Corrió en procura de alguna posibilidad de auxilio, mas ya no había nada que hacer, expresó.
"Lo más doloroso fue enterarme después que los dos chiquitos estaban carbonizados", afirmó.
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