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Puntarenas. Carlos Hernández, una de las nuevas figuras del futbol nacional, jugó el domingo el mejor partido su vida.
Y no fue en ninguna cancha ni estadio, esta vez anotó en el corazón de Gabriel Torres Quirós, un niño porteño que ese día cumplió cinco años y también su sueño de conocer al mediocampista de Alajuelense y de la Selección Mayor de futbol.
El liguista no lo pensó dos veces para llegar hasta la casa de Gabriel para acompañar al menor en su fiesta y hacerlo olvidar, al menos por un buen rato, sus severos problemas de salud.
Gabriel padece de cáncer, y a pesar de que permanece internado en el Hospital Nacional de Niños desde el lunes anterior, logró salir el sábado para festejar su primer lustro de vida.
El domingo su sonrisa lo decía todo: su sueño se cumplió.
Hernández llegó hasta el barrio Palmas del Río en Barranca, donde vive su fiel seguidor, a eso de las 4:40 p. m. y tras desearle feliz cumpleaños, le obsequió una bola autografiada por todos los futbolistas de la Liga, una camiseta y un presente, envueltos en una sonrisa sincera.
"Estoy muy contento, desde hace mucho quería conocerlo", dijo Gabriel.
Su madre, Arleny Quirós Lara, también se mostró agradecida con Hernández por haber asistido a la fiesta. "Gabriel estaba muy ilusionado esperando que llegara el día de hoy".
El futbolista aseguró que lo más importante de su visita era el haber hecho feliz al niño. "Su sueño era conocerme y aquí estamos acompañándolo en su cumpleaños", aseguró el manudo.
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