Mar del Plata, Argentina. AFP. La oleada de protestas en Argentina contra la presencia del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dejaron una especie de "tierra arrasada" en Mar del Plata y otras ciudades, donde la justicia consideraba la situación de 72 detenidos y los comerciantes lloraban los destrozos.
Mar del Plata amaneció ayer con los vestigios de una batalla campal que el viernes enfrentó a militantes con la Policía, a unos 600 metros del exclusivo hotel donde se inauguraba la Cumbre de las Américas, con la presencia de 32 gobernantes americanos, incluido Bush.
Un total de 64 detenidos fue el balance de los disturbios en la ciudad atlántica, donde unos 300 activistas que intentaron traspasar las vallas de seguridad instaladas para aislar la zona de la cumbre fueron reprimidos con una andanada de gases lacrimógenos, generándose un caos de 90 minutos.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo que en Mar del Plata y Buenos Aires, donde también se produjeron incidentes, hubo un total de 72 arrestados y prometió que el gobierno se hará cargo de los costos por la destrucción de varios locales en ambas ciudades.
Los marplatenses que ayer temprano se dirigían a la costa atlántica para disfrutar de una jornada soleada y templada contemplaban asombrados los destrozos registrados a lo largo de la céntrica Avenida Colón.
Una filial del Banco Galicia, el primero de capital privado, quedó totalmente incendiada por los jóvenes con sus rostros tapados que lanzaron bombas incendiarias.
A lo largo de 300 metros por la Avenida Colón, también sufrieron severos daños las instalaciones de las empresas CTI Móvil, Telefónica, Movistar, DirecTV y otros de capitales locales, algunos de ellos saqueados por los manifestantes.
Los daños se produjeron pese a que los empresarios del balneario habían cubierto las fachadas por temor a incidentes.
En el centro de Buenos Aires, al cabo de una marcha que congregó a unas 10.000 personas, quedaron detenidas ocho personas de agrupaciones piqueteras, sociales y partidos de izquierda radicalizados que repudiaban la presencia de Bush en Mar del Plata.