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Fueron el amor por el basquetbol y el anhelo de convertirse en un atleta de liga universitaria estadounidense los que llevaron a Álvaro Mata Chavarría a dejar la Universidad de Costa Rica para estudiar en la Universidad de Kansas.
Allí no logró alcanzar su sueño deportivo, pero sí obtuvo el título de ingeniero mecánico. Aun sin encontrar la pasión profesional, decidió intentarlo en el campo de la medicina y calificó para un programa de bioingeniería en la Universidad de Strathcyde, en Escocia.
"Allí me enamoré de la carrera", cuenta entusiasmado este científico.
Una vez culminada su maestría, encontró en la Universidad Estatal de Cleveland y la Clínica Cleveland un programa de doctorado que le llamó la atención.
De la mano de Shuvo Roy encontró la libertad para desarrollar su pionera investigación.
Ahora este costarricense se encuentra en un laboratorio de la Universidad de Northwestern liderado por otro compatriota, Samuel I. Stupp.
Mata es el primogénito en su casa, hogar formado por el matrimonio de Álvaro Mata Blanco y Nora Chavarría Rojas.
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