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Auburn Hills, Michigan. Los Pistons de Detroit están cumpliendo una de los mejores arranques de temporada en la historia de la NBA, y la receta está en que un equipo con chapa de campeón encontró la manera de mejorar más.
El nuevo técnico Flip Saunders logró que los campeones del 2004, que el año pasado se quedaron a un paso de revalidar su título, tengan una ofensiva más potente y aún preserve su asfixiante defensa.
"Ha impuesto un nuevo estilo de baloncesto aquí", dijo el armador de Detroit, Chauncey Billups. "Ya no aburrimos tanto".
La filosofía de los Pistons fue darle prioridad primero a la defensa en dos temporadas previas bajo la conducción de Larry Brown, y dos años atrás con Rick Carlisle.
Ahora, si tienen la oportunidad de encestar con tiempo de sobra, lo hacen en vez de pasar en demasía el balón. Ya no lo trasladan con paciencia, sino que atacan con agresividad, buscando encestes fáciles.
En el otro extremo de la cancha, Ben Wallace y Rasheed Wallace se encargan de dominar bajo los tableros, mientras que Tayshaun Price, Richard Hamilton y Billups agobian a los rivales con su defensa de cuerpo a cuerpo en el perímetro.
Detroit ha pasado a ser uno de los equipos más ofensivos de la liga, promediando 100 puntos por partido. Igual se mantiene entre los mejores en defensa, permitiendo 90,6 puntos por juego.
El año pasado, los Pistons promediaron 93,3 puntos y toleraron 89,5 puntos por partido.
Los Pistons tienen récord de 37-5 tras 42 partidos, a la par de equipos históricos como Bulls (1995-96), Sixers (1966-67) y Lakers (1971-72).
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