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Poesía pasó por agua, pero no se espantó

Hubo público, a pesar de que la lluvia mojó la celebración del Día de la Poesía Al final del día, los poetas y los versos se refugiaron en la Casa San Pancracio

Ni el enorme aguacero que cayó ayer en San José impidió que la poesía tomara la Plaza de las Artes, alzara su voz llena de versos y celebrara ayer el Día Nacional de la Poesía en homenaje al costarricense Jorge Debravo (1938-1967).
Es cierto que la lluvia mojó el festival preparado por la Municipalidad de San José, el Ministerio de Cultura y varias agrupaciones de autores; sin embargo, un no muy grande pero atento público acudió desde las 10 a. m. a las diversas actividades programadas.
Durante la mañana, los tres escritores llenaron de cuentos ese parque josefino, ubicado frente a la iglesia de La Soledad. Allí estuvieron los escritores Carlos Rubio, Minor Arias y Ani Brenes.
Entre los asistentes se observó a varios adultos mayores del hogar Carlos María Ulloa. Uno de ellos fue Evaristo López Zamora, quien se entretuvo leyendo el libro El gato de sí mismo , de Uriel Quesada.
Debido a la lluvia mañanera, los puestos se atrasaron en poner a la venta los libros; no obstante, este problema se solucionó en la tarde.
La Asociación Costarricense de Escritoras ofreció un recital en que participaron Magda Zavala, Delia McDonald y Marjorie Ross, entre otros. Al final, la palabra quedó en manos del público y tres poetas del público recitaron sus propias creaciones, según comentó Ross.
Por la tarde, y ante la insistente lluvia, los poetas y los seguidores de la palabra se refugiaron en la Casa San Pancracio, sede de la asociación Icomos de Costa Rica.
Desde allí, Johnny Araya, alcalde de San José, recalcó su interés de convertir a la Plaza de las Artes en un espacio para las expresiones artísticas.
Después, la poesía volvió a tomar protagonismo y Nelson Brenes, acompañado de música en vivo, recitó los versos de Debravo.
La noche se acurrucó en San José y los poetas siguieron recitando lo suyo. Osvaldo Sauma, Rodolfo Dada, Alfonso Chase y María Amanda Rivas fueron tan solo algunos de los que no dejaron que la poesía se espantara.

  • POR Doriam Díaz / ddiaz@nacion.com
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