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La urgencia de reforzar el edificio de la antigua Aduana, dado el riesgo de que un sismo lo dañe seriamente, fue la razón por la que la Contraloría General autorizó la contratación directa de las obras.
El inmueble, patrimonio arquitectónico de Costa Rica, está en riesgo de colapsar en caso de que ocurra por un sismo, según se comprobó hace más de un año.
Sin embargo, para el ministro de Cultura, Guido Sáenz, la mayor ventaja de la contratación directa es el ahorro de tiempo.
"El tiempo se nos va entre los dedos y yo tengo la voluntad para empezar las obras. Por licitación no se hizo porque dura 10.000 años en salir", comentó Sáenz al preguntársele por qué no se había licitado el reforzamiento estructural.
El gerente de la División de Contratación Administrativa de la CGR, Carlos Arguedas, explicó a La Nación que, si se hubiera utilizado la figura de licitación pública para contratar a una empresa, el proceso de adjudicación hubiese tomado entre nueve y doce meses.
La antigua Aduana está en manos del Ministerio de Cultura desde junio del 2003 y, desde mediados del 2002, Sáenz planeaba crear ahí un centro cultural.
"La situación objetiva es que el edificio está en peligro y sobre eso se da la autorización. Un tema aparte es el de la responsabilidad de los funcionarios públicos porque este reforzamiento había que hacerlo desde tiempo atrás", comentó Arguedas.
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