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Nadie puede negar la gran responsabilidad de todos de proteger nuestros bosques y el ambiente, pero muchas veces se nos va la mano y, en nuestro afán de proteger todo y al extremo, hacemos mucho mas daño.
En nuestro país faltan recursos para todo. No hay fondos para mejorar las carreteras ni para las escuelas rurales, muchas de ellas se encuentran en estado deplorable y campea la pobreza extrema por doquiera. Con esta última nos ha llegado la prostitución, alcoholismo, drogadicción, niños ambulantes en las calles y la criminalidad. Faltan recursos para mantener los parques nacionales, no hay dinero para pagar guardaparques, y la tala ilegal de árboles abunda, así como la cacería clandestina que extingue inexorablemente nuestra fauna.
Las leyes son muchas veces tan rigurosas que llevan la protección al extremo. Se necesitan millones y más de un año de paciencia para conseguir una concesión para explotar un tajo, mientras tanto las calles siguen en un estado deplorable o se debe traer el material de lejanos lugares y gran parte de los presupuestos se van en el transporte y los caminos quedan medio arreglados. ¡Cuántos litros de diésel se queman innecesariamente y se ensucia el aire! En nombre de la protección de la ecología se hacen leyes tan estrictas que, a la larga, causan mas daño que beneficios.
Propuestas irracionales. Contamos con tesoros bajo tierra y mar, como el oro y el petróleo; sin embargo, los ecologistas extremos prefieren que estos recursos queden allí y no ven cómo la ecología se deteriora por falta de fondos. ¿No sería mejor hacer un compromiso y sacrificar una pequeña parte de nuestra riqueza natural y contar con el dinero necesario para proteger el resto y acabar con la pobreza que contribuye a los problemas que deterioran nuestra ecología? En todo el mundo se explota el petróleo "offshore" con técnicas modernas que evitan cualquier desastre.
Está comprobado que hay más accidentes con barcos petroleros que con torres de perforación "off- shore", pero preferimos dejar la riqueza bajo el agua en lugar de aprovecharla para resolver los problemas que agobian al país y dar una protección adecuada a nuestros parques nacionales y reservas biológicas.
Cada proyecto hidroeléctrico es obstaculizado por los ecologistas, aunque se sabe que en diez años vamos a tener faltante de electricidad y si no hacemos presas hidroeléctricas tendremos que importar petróleo para producir electricidad contaminando el ambiente.
Por falta de visión no actuamos en una forma racional e inteligente y esto va a costa de nuestra naturaleza. El compromiso es siempre la mejor solución pues el extremismo no nos lleva a ningún fin deseable y por querer dar una protección extrema al final terminamos perdiéndolo todo.
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