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Nedved no es la única estrella del equipo

El liderazgo de la gran figura de la Juventus es apoyado por Rosicky, Koller, Cech, Poborsky, Baros y Smicer

El Mundial Alemania 2006 será la última estación que culminará una historia llena de éxitos para la gran estrella de la República Checa, el mediocampista Pavel Nedved.
El jugador de la Juventus de Turín, a quien en Italia se le llama il grande Paolo , no debutó en la selección hasta 1994. Su trayectoria internacional la cerrará con 34 años en la cita universal.
Pavel regresó a la selección para disputar los encuentros del repechaje eliminatorio contra Noruega, 16 meses después de poner fin a su carrera con su país tras la Eurocopa del 2004 en Portugal.
"Estoy contento de ir a mi primer Mundial, junto con los demás jugadores veteranos del equipo, de que no se nos considere como la generación perdida", declaró el futbolista, de 34 años, cuando confirmó en Praga que sí irá a Alemania.
Su retorno estuvo precedido de una gran cantidad de rumores sobre si ponía fin o no a su presencia en el seleccionado checo, y que empañó incluso las relaciones del futbolistas con la prensa de su país.
Tras sufrir una lesión de rodilla en la última Eurocopa, Pavel anunció su retiro del equipo, consternado también por la campaña en su contra sufrida en los medios de comunicación. El volante afirmó entonces que, dado su frágil estado físico, quería concentrarse en la exigente liga del calcio italiano.
Por este motivo, el historia de la República Checa se resintió con la ausencia del jugador, denominado "bestia de carga" por el entrenador Karel Bruckner, porque siempre derrocha todas sus energías en los encuentros y motiva a sus compañeros con un deseo encomiable.
En cualquier caso, el reencuentro de Nedved con el equipo desencadenó la euforia entre los aficionados checos con vistas al Mundial.
Los otros. A la sombra de Nedved emerge el talentoso Tomas Rosicky, mediocampista de 25 años del Borussia Dortmund de Alemania.
Rosicky es un auténtico creador de juego, con exquisito dominio del balón y una magnífica visión de juego. Su gran defecto, por el contrario, es su carencia de gol.
La columna vertebral la completan el arquero Petr Cech, uno de los tres mejores porteros de Europa, y Tomas Galasek, quien pone el orden en el centro del campo.
Vladimir Smicer y Karel Poborsky completan un mediocampo de mucha experiencia y calidad que, bajo la batuta de Nedved, puede pasar del juego defensivo al ofensivo en un solo instante.
Una serie de lesiones complicaron las cosas para los checos. Si Jan Koller se recupera de una lesión de rodilla, que lo hizo pasar por una cirugía, su sociedad con Milan Baros le dará a Bruckner un toque de calidad en la definición que cualquier equipo necesita para llegar a estar entre los mejores del mundo.
Con Baros, Poborsky, Rosicky y Nedved juntos, la República Checa posee a una de las mejores líneas de ataque de Europa. Con su actuación en la Eurocopa y el boleto al Mundial 2006, el equipo se ganó el respeto de propios y extraños.

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