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Funcionario rechaza cargos en los dos casos

Sarapiquí. La Nación intentó el lunes conversar con el juez Calero, pero no hubo forma de contactarlo ni por teléfono ni durante la visita que le hizo un equipo de este medio.
El juez ha librado una batalla en dos frentes (uno administrativo y el otro penal) por impedir que lo separen de su cargo.
Calero, juez contravencional en Sarapiquí, ha rechazado los cargos en los dos casos.
"Mi pasión siempre fue el cine. En ningún momento solicité que me adjudicaran los cursos de teatro en el colegio de Barva; fue decisión del Taller Nacional de Teatro", declaró durante el debate en que resultó condenado a cinco años de prisión.
Según su decir, nunca hubo una actuación indebida de su parte. "Siempre procuré mantener la distancia entre hombres y mujeres".
En relación con el casting (audición) y a la ofendida, el juez sostiene que la muchacha actuó por su cuenta. "Empezó abriendo una puerta imaginaria.
"Hablaba sola, se levanta la blusa (...), me exalté. Le grité, me levanté del lugar donde estaba, recogí la blusa y se la entregué", dijo a los jueces.
De otra de las jóvenes dijo: "Ella fue muy espontánea. Ya había terminado la dramatización; le dije que se fuera y en ese momento se quitó el pantalón".
Abogado privado. Calero también rechazó haber prestado un servicio privado de abogacía, aunque en el señalamiento del debate figure como representante legal de la familia.
"La conducta del licenciado Calero al continuar patrocinando a una parte dentro del proceso penal, después de haber sido nombrado como juez de la República, es absolutamente prohibida. Si esto no es un servicio profesional, ¿entonces qué es?", cuestionó el Consejo Superior en el acuerdo de despido. De momento está en apelación.

  • POR Otto Vargas M.y Carlos Hernández
  • Sucesos
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