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Teherán. AFP. La decisión del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, de no obligar a las mujeres a llevar el velo de manera rígida y autorizar su presencia en los estadios, generó reprobación en círculos conservadores y escepticismo entre diplomáticos.
Ahmadineyad, un ultraconservador, sorprendió al llamar "innecesaria una acción autoritaria para propagar la cultura del velo", solo días después de anunciar una campaña policial.
Ahmadineyad también ordenó que las mujeres tengan los mejores asientos en los estadios en competencias importantes.
En el Parlamento, dominado por conservadores, un diputado dijo que "la presencia de mujeres en estadios es contraria a valores morales y sociales". El diario conservador Jomhuri Eslami denunció la decisión sobre el velo como "precipitada", porque "la intolerable situación existente somete a la gente pura a la decadencia".
El ayatola Mezbah Yazdi, considerado el padre espiritual de Ahmadinejad, incluso le ordenó a este rectificar su decisión.
Cálculo político. Sin embargo, en círculos diplomáticos las decisiones fueron interpretadas como parte de la estrategia de Ahmadineyad de ganar el máximo respaldo popular ahora, que el régimen enfrenta gran presión internacional por su programa nuclear.
"El gobierno actúa como un gran calculador con esta sorpresiva decisión", dijo la defensora de los derechos de la mujer, Mahbubeh Abbasgholizadeh.
Un diplomático dijo que la estrategia "es aflojar un poco la brida a la población en la esfera social y apretar para ahogar cualquier intento de oposición".
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