Brasilia. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente brasileño, aseguró que "no hay crisis con Bolivia" y que las divergencias entre ambos países por la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos se resolverá en una mesa de negociación.
"No existirá crisis, existirá un ajuste necesario de una población sufrida que tiene derecho a tener mayor poder sobre la mayor empresa que poseen", manifestó Lula ayer durante la inauguración de la XVI Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se realiza en la capital, Brasilia.
Eso sí, el mandatario aseveró que el derecho de los bolivianos sobre sus hidrocarburos "no significa negar el derecho de Brasil", en alusión a los $1.500 millones que la brasileña Petrobras ha invertido en la infraestructura petrolera del país vecino en los últimos diez años.
"Lo que no puede imponer una nación (Bolivia) es intentar imponer su soberanía sobre otras, sin tener en cuenta que el resultado final de la democracia es el equilibrio entre las partes", agregó el mandatario.