Santiago. AP. La presidenta, Michelle Bachelet, expresó su indignación por la severa represión policial de una multitudinaria protesta estudiantil y anunció el despido del jefe de la policía.
El anuncio se hizo en momentos en que estallaron nuevos incidentes, cuando estudiantes de secundaria y grupos de encapuchados se enfrentaron con la policía, dejando un número indeterminado de detenidos y heridos.
Este es el segundo día de manifestaciones violentas tras los disturbios que el martes dejaron decenas de heridos y 730 detenidos.
Los nuevos enfrentamientos se iniciaron después de que los estudiantes lanzaron piedras a los policías que intentaron disolver una marcha, la cual avanzaba hacia el palacio presidencial.
Otros incidentes se registraron frente a la Universidad de Santiago. La policía utilizó carros lanzaagua y gases lacrimógenos para repeler los ataques de los estudiantes, quienes piden reformar la educación pública.
La mandataria Michelle Bachelet, quien se había mantenido distante del conflicto planteado por cientos de miles de estudiantes de secundaria, manifestó su esperanza de que el conflicto se solucione con las negociaciones reanudadas el martes.
Justificadas. Además, calificó las demandas como "plenamente legítimas y justificadas".
Los jóvenes exigen la gratuidad en el pase para el transporte escolar y para una prueba de selección universitaria, así como reformas en la jornada escolar y en una ley que rige la enseñanza, la cual fue promulgada un día antes de que el exdictador Augusto Pinochet entregara el poder en 1990.
Los gobiernos democráticos han procurado modificarla, pero hasta ahora han carecido del quórum exigido para los cambios.
La movilización juvenil, que ha suscitado la simpatía y apoyo de diversos sectores, incluso del oficialismo, ha provocado el mayor desafío al gobierno de la mandataria en sus 80 días de gestión.
Bachelet convocó a una rueda de prensa junto al presidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Guillier, para repudiar la represión policial de unos 800.000 jóvenes manifestantes.
El martes, la policía antimotines detuvo a más de 700 manifestantes y golpeó jóvenes y periodistas, cinco de los cuales resultaron lesionados.