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Jaime Ortega Carrascal
Sao Paulo, 1 jun (EFE).- La fiebre del fútbol que cada cuatro años ataca a los brasileños con la Copa del Mundo está más alta que nunca en el comercio, que ha apostado todas sus fichas a Ronaldinho y compañía para aumentar sus ventas.
Desde las grandes compañías hasta los vendedores callejeros han aprovechado el favoritismo de la selección brasileña para lanzar o comercializar todo tipo de productos con los colores verde y amarillo y llegar al corazón de los 180 millones de hinchas del equipo "canarinho".
"La Copa del Mundo puede traer efectos positivos a la economía porque estimula el crecimiento de sectores industriales como los de vestuario, alimentos y televisores", dijo a Efe el economista Jason Vieira, de la consultoría GRC Visao.
Las cervezas, compañeras inseparables de los hinchas en los partidos de fútbol, tomaron la delantera con el lanzamiento de "ediciones especiales" para el Mundial, algunas inspiradas en recetas alemanas, para que el aficionado sienta más el gusto de la Copa.
Así como los productores de cerveza, los de televisores, ropas, bebidas en general, alimentos, artículos deportivos, de limpieza y empresas de servicios se han lanzado a la conquista del mercado, siguiendo los pasos de los fabricantes de banderas, cornetas, gorros, silbatos y de todo lo que sirva para "torcer" por Brasil.
Hasta una marca de papel higiénico lanzó una "edición especial" del producto, de color amarillo, y un vodka vistió sus botellas de verde y amarillo en un intento de arrebatar algo del mercado a la cerveza.
Tampoco faltan las promociones relacionadas con el Mundial, en las que han entrado desde supermercados y proveedores de internet hasta operadoras de teléfonos celulares y concesionarios de vehículos.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Productos Eléctricos y Electrónicos, calcula que las ventas de televisores crecerán este año el 12 por ciento en comparación con 2005, por el "efecto Copa del Mundo", que sumado a la baja inflación y aumento del empleo crean un escenario favorable para el sector.
Así como los fabricantes de televisores, quienes se dedican al comercio informal esperan que la confianza de la población en el sexto título mundial de Brasil se traduzca en un aumento de ventas.
"Esta selección es mejor que la de la Copa del 2002 y la gente está más animada", dice Valdemir Aleixo, quien ofrece banderas, gorros, camisetas y toda suerte de accesorios en una esquina de la avenida Nueve de Julio de Sao Paulo.
Según cálculos de agencias de publicidad, el mundial de fútbol debe mover este año alrededor de 2.600 millones de reales (unos 1.120 millones de dólares) en campañas promocionales y de divulgación en los medios de comunicación nacionales.
La estrella de la temporada es el atacante Ronaldinho Gaúcho, llamado a ser el mejor jugador de la Copa, quien aparece en al menos una docena de comerciales de televisión y anuncios publicitarios, que van desde bebidas energéticas hasta bancos, pasando por desodorantes, gasolina y helados, entre otros.
Ronaldinho también es el protagonista de una revista infantil y el nombre de un plato de carne, la "Picanha de Ronaldinho Gaúcho", creado por un restaurante especialmente para la Copa, y que incluye otras delicias como la "Paella de Parreira".
Pero a pesar del entusiasmo generalizado, algunos especialistas advierten de que el Mundial no llenará los bolsillos de todo el mundo.
"La Copa es un evento que beneficia a algunos sectores, como los de televisores, camisetas y bebidas, pero no al comercio como un todo", dijo a Efe Marcel Solimeo, economista de la Asociación Comercial de Sao Paulo.
Solimeo agregó que el Mundial también perjudica al comercio porque cuando juega Brasil los consumidores suelen desaparecer de las tiendas dos horas antes del partido y vuelven dos horas después, con lo cual los vendedores pasan unas seis horas en blanco.
La reducción de actividades también afectará al mundo financiero pues el Banco Central autorizó a los bancos a cerrar más temprano cuando juegue Brasil y hasta la bolsa de Sao Paulo terminará sus operaciones dos horas antes de lo habitual, algo que sólo la pasión nacional por el fútbol puede conseguir. EFE
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(con fotografía)
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