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Wall Street: TLC y migración

Un tratado de libre comercio debería conllevar el libre flujo migratorio

Jamás imaginé que coincidiría con ideólogos de Wall Street sobre una tesis económica fundamental; sin embargo, fue agradable enterarme de que estaba equivocado. Resulta que, en 1996, planteé una idea sobre migración en el Boletín del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas , con referencia a globalización; la reformulé en esta página nueve años después, como parte del debate sobre el TLC con Estados Unidos (24/5/05); y cuál no fue mi sorpresa, "navegando" en estos días por Internet, al encontrarme con un editorial de The Wall Street Journal que propuso idéntica idea el 2 de julio del 2001, a raíz de una discusión del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Con el título "Open NAFTA Borders? Why Not?" ("¿Abrir las fronteras de NAFTA? ¿Por qué no?"), el editorialista Robert Bartley propuso aceptar una sugerencia del presidente de México, Vicente Fox, al que caracterizó como "visionario", para abrir la frontera entre Estados Unidos y México, permitiendo el libre flujo migratorio.
El editorial fue introducido con esta frase: "La inmigración es lo que hizo grande este país". Y Bart- ley sostuvo que NAFTA debería convertirse en un sistema como la Unión Europea, donde hay libre movilidad de gente, no solo de mercancías y capital. El autor explicó que cada 4 de julio, fecha de la independencia de Estados Unidos, la revista hace un panegírico de la inmigración, "la fuerza que domó este vasto continente y construyó esta gran república"; destacó que ello no es mera historia, sino que la inmigración sigue "refrescando y nutriendo a América". Y agregó: "Se ha hecho mofa de cada nuevo grupo inmigrante, tildándolo como retrasado, desaseado, inclinado al crimen y así por el estilo; pero cada uno eventualmente adoptó el sueño americano de gente libre e independiente, logrando progreso económico, político y social. La capacidad de asimilar es el corazón del genio americano, el rasgo que distingue los Estados Unidos de otras naciones. La inmigración hace que este país sea lo que es". Entonces, Bartley procedió a describir la serie de ventajas económicas que ha tenido, tiene y seguirá teniendo para ese país.
Ventajas para la mayoría. En cambio, desde la perspectiva de México, Centroamérica en general y Costa Rica en particular, mi razonamiento sobre TLC y migración destacaba las siguientes ventajas para el sector laboral, que es la gran mayoría:
kLos trabajadores que se desocuparan por falta de competitividad de sus empleadores actuales, podrían emigrar a Estados Unidos para ofrecer su fuerza de trabajo a empresas en sectores similares u otros. En cambio, sin libertad de migración, quedan "atrapados" en sus respectivos países, y se ven obligados a buscar empleo en otros sectores nacionales, lo cual expande la oferta de fuerza de trabajo en ellos, presionando los salarios hacia abajo, y esto, obviamente, beneficia a los empleadores.
kPor otra parte, con libertad para emigrar a Estados Unidos, se reduciría la oferta de fuerza de trabajo en México y Centroamérica, lo cual presionaría los salarios en general hacia arriba, lo que mejoraría la distribución del ingreso en favor de trabajadores. Respecto a Costa Rica en particular, disminuiría la inmigración desde el resto de Centroamérica, especialmente de Nicaragua, ya que los trabajadores de esos países preferirían migrar a Estados Unidos.
La tesis de Robert Bartley (Wall Street Journal) y de quien suscribe provee de elementos de juicio económicamente sólidos y políticamente legítimos para modificar el TLC con Estados Unidos. Estos podrían ser considerados antes de la ratificación, como prefieren don Ottón Solís y el PAC, o después, con base en la normativa del mismo tratado, según proponen otros. Y cabe esperar que dos poderosas fuerzas se opongan: las cámaras patronales de México y Centroamérica y los sindicatos de Estados Unidos.

  • POR Róger Churnside
  • Opinión
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