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Uno de los principios orientadores de la política de vivienda de la administración Arias Sánchez es el de corresponsabilidad. Eso significa erradicar el clientelismo, dar apoyo estatal a quienes más lo necesitan y lograr un equilibrio entre el apoyo estatal y el esfuerzo de las personas beneficiarias. Buscamos aplicar ese principio en los programas dirigidos a la población más pobre y a la de ingresos medios.
En la lucha contra la pobreza, el programa de vivienda más importante es el de atención de precarios y la prioridad es mejorar las condiciones de vivienda en el mismo sitio donde están los precarios. Esta estrategia es menos costosa que la de construir nuevas urbanizaciones y evita el desarraigo de las familias a las que se apoya. Además, al mejorar las condiciones de vida en los sitios de los precarios existentes, se impide que los precarios vuelvan a ser ocupados por nuevas familias después de que sus habitantes anteriores se desplazaron a una nueva urbanización. Si no se trabaja en el sitio, los tugurios se siguen multi- plicando, y lo único que verdaderamente cambia es la población que los ocupa.
Contra la pobreza. Para aplicar esa estrategia, se trabajará a la vez en dotación de vivienda, infraestructura urbana, equipamiento social, control de riesgos ambientales y titulación de propiedades. Así se busca usar la política de vivienda para generar acciones coordinadas de varias instituciones en zonas con alta concentración de familias pobres. Esa estrategia es parte importante de la lucha contra la pobreza porque la mitad de las personas pobres urbanas vive en precarios.
Para apoyar a las familias de ingresos medios, se están desarrollando programas que combinan la entrega de un bono parcial con la obtención de crédito. El bono de vivienda completo será asignado únicamente a las familias que realmente lo necesitan, mediante procesos de selección más estrictos y equitativos que los que han existido hasta ahora. Así se busca que las familias que tienen alguna capacidad de pago contribuyan en la medida de sus posibilidades. Como consecuencia, se podrán construir más viviendas con los mismos recursos. También se está trabajando en programas de bono total o parcial para reparación o ampliación de viviendas, una opción poco aprovechada en el pasado. Esos programas son realmente necesarios para evitar el deterioro y la destrucción de la inmensa inversión que ya tiene el país en viviendas individuales.
Para clase media. Un componente estratégico de la política de vivienda es atraer más recursos financieros hacia los proyectos de desarrollo habitacional para clase media, aprovechando que existe una considerable liquidez financiera en el país. En ese sentido, se están creando mecanismos de titularización para que los fondos de pensiones encuentren atractivo invertir en proyectos de vivienda. Ese esfuerzo lo está liderando el Banco Hipotecario de la Vivienda en coordinación con los entes financieros estatales y privados. Conviene también apuntar que empezamos a trabajar con los bancos Nacional y de Costa Rica y pensamos hacerlo con otros más.
Como soporte de los programas citados y de otros más que desarrolla el Mivah, se está fortaleciendo la política de planeamiento urbano. El uso desordenado y contrario al interés colectivo del espacio urbano está generando grandes costos a las generaciones actuales y futuras, y se hace indispensable revertir esa tendencia. En síntesis, buscamos que los programas de vivienda se conviertan en instrumentos para mejorar la calidad de vida.
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