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Nueva York. AP. Lleyton Hewitt no se resbaló porque supo frenarse a tiempo. La del australiano fue la imagen de la segunda jornada del Abierto de Estados Unidos, marcada por la inclemente lluvia.
Todo el día llovió en Nueva York y en dos ocasiones los organizadores del último Grand Slam de la temporada se vieron obligados a postergar partidos en marcha en las canchas de cemento del complejo de Flushing Meadows.
El inicio de la jornada se demoró tres horas y media, pero apenas se pudieron jugar unos cuantos sets en nueve de los 63 juegos pactados.
Los partidos de los argentinos David Nalbandián y Guillermo Coria, así como el del chileno Fernando González, figuraron dentro de los 15 del cuadro masculino que fueron aplazados.
Hewitt, campeón del US Open del 2001, igualaba 5-5 con el español Albert Montañés en el primer set de su duelo de primera ronda, cuando arreció la lluvia y la juez del partido ordenó su interrupción.
Poco antes, el pie derecho de Hewitt se deslizó en forma peligrosa sobre la línea de base de la cancha del estadio Louis Armstrong.
También salió a jugar la francesa Amelie Mauresmo, la segunda preclasificada, que le ganaba 6-1, 2-5 a la desconocida alemana Kristina Barrois cuando el partido fue interrumpido por segunda vez.
Tras sus títulos en Australia y Wimbledon, Mauresmo trata de completar el año con su tercera consagración en los torneos grandes del tenis mundial.
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