Su Santidad, Benedicto XVI emprendió ayer en Alemania una peregrinación apostólica y personal de seis días por su verde Baviera natal.
"Guardo muchos recuerdos de personas y acontecimientos que me marcaron intensamente", le dijo a una multitud que lo ovacionó en el aeropuerto Franz Joseph Strauss de Múnich.
Este es el cuarto periplo del Papa al exterior, y su segundo a Alemania. También ha visitado Polonia y España. Ayer anunció que el próximo año estará en Brasil.
Al darle la bienvenida, el presidente federal alemán, Horst Kohler –de confesión protestante– lo instó a trabajar “por el progreso ecuménico”.
El Obispo de Roma, saliéndose del discurso que tenía preparado, le contestó luego: “Aunque no se puedan borrar 500 años de un plumazo, nos esforzaremos con corazón y valentía para ir los unos hacia los otros”.
Benedicto XVI, de 79 años y ovacionado en varios momentos de su discurso, emuló a San Agustín y se comparó con una “bestia de carga” al servicio de la fe.