Saitama, Japón. DPA. El básquetbol todavía es un deporte de equipo.
Grecia, España y Argentina, tres de los cuatro mejores del mundial de Japón, demostraron nuevamente que la suma de las partes vale más que las piezas individuales, especialmente en los torneos internacionales.
España fue el ejemplo perfecto.
Un pie fracturado dejó inactivo en las semifinales a su referente Pau Gasol y sus más de 21 puntos y nueve rebotes. ¿Pánico? En un plantel de la NBA que pierde a su estrella indiscutida antes de la final, quizás. En España, para nada.
Inspirado por la baja del pivote, el resto del quinteto sacó fuerzas de su cohesión y derrotó en la final de ayer a Grecia, 70-47.
Fue el primer título de la historia para España y quizás la actuación más imponente de los españoles en todo el torneo, ¡y sin su mejor jugador!
"Esto es un equipo de verdad, no dependemos de nadie", comentó el armador José Manuel Calderón. “Somos 12 de verdad”.
Los griegos también son un equipo de verdad, un campeón europeo que tuvo la mala fortuna de perder la puntería y de toparse con un oponente imparable.
Grecia se llevó la plata sin un solo canastero que haya jugado antes en la NBA. El base Vasileios Spanoulis será el primero la próxima temporada con los Rockets de Houston.
España rompió todos los pronósticos que hablaban de una final dura e igualada. Con una defensa intensa y agresiva durante los 40 minutos, maniataron a los campeones de Europa, que acabaron con solo 47 puntos tras los 101 anotados ante Estados Unidos.