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En los últimos cinco años el Instituto Nacional de Seguros (INS) incumplió con 38 recomendaciones giradas por sus auditores externos para lograr mayor eficiencia en el manejo de sus finanzas.
Por esas auditorías que desatendió, el Instituto pagó $1,5 millones (¢778,5 millones).
Las directrices de los expertos proponen ajustar el sistema de cálculo para dejar de pagar sumas excesivas por concepto de impuesto de renta y reportar el dinero que le corresponde a un fondo de pensiones para Bomberos.
Tampoco atendió la sugerencia de corregir deficiencias en el software que lleva el registro de primas cedidas a empresas reaseguradoras en el extranjero.
En ese sentido, la última de las auditorías contratada por el INS asegura que la no corrección de ese problema genera incertidumbre sobre el monto que se paga por esas pólizas.
El tema de reaseguros ha adquirido notoriedad en el último año, luego de que la Contraloría denunciara sobrepagos y giros sin comprobante por parte del INS al corredor británico PWS.
Por último, el actual sistema informático no permite hacer cálculos de pago o cobro de pólizas que incluyan el tipo de cambio del dólar para meses pasados. Eso obliga al INS a retrasar trabajo y hacer las cuentas manualmente.
Las medidas se plantearon en cinco auditorías externas realizadas entre el 2001 y el 2005 por la firma de contadores públicos Gutiérrez, Marín y Asociados.
A esta empresa se le pagó $295.683 por cada informe que entregó entre el 2001 y el 2004, mientras que por el último recibió un monto de $315.000.
Señalamientos. En un informe del pasado 9 de mayo, la Contraloría de la República se expresó con "mucha preocupación" por la actitud “poco atenta” de la administración del INS hacia el oportuno cumplimiento de disposiciones y recomendaciones giradas en forma reiterada por sus auditores.
La entidad estimó que este tipo de estudios son recomendables “siempre y cuando las debilidades detectadas se atiendan, se corrijan y se fortalezca el sistema de control interno”.
La Contraloría urgió al Instituto a ejecutar un plan de acción y un cronograma para atender todas las recomendaciones pendientes.
Problemas conocidos. El actual presidente ejecutivo de la entidad, Guillermo Constenla, aceptó las críticas de la Contraloría y dijo que al llegar al INS encontró deficiencias en los estados financieros.
A modo de ejemplo, Constenla comentó que el Instituto no posee un sistema contable que le permita calcular cuánto cuesta un determinado seguro o departamento.
“Aquí no sabemos cuál es el verdadero costo del Cuerpo de Bomberos, no hay un centro de costos para Bomberos, sino que están dispersos en diferentes unidades”, señaló Constenla.
Manifestó su preocupación por el mal funcionamiento de los sistemas contables y alegó que esa deficiencia que ha venido arrastrando el INS en la última década le impide cuantificar en cuáles servicios o seguros hay pérdidas.
El jerarca aseguró la semana pasada que ya giró directrices a todas las jefaturas de departamentos para que desarrollen un plan de acción y un cronograma de cumplimiento de todas las recomendaciones pendientes.
Esas mismas directrices fueron anunciadas por Constenla en otro artículo publicado por La Nación hace un mes.
Sostuvo que no puede precisar cuándo se implementarán las 38 recomendaciones pendientes pues, según dijo, se trata de acciones que se han acumulado por años y no necesariamente se ejecutarán todas en el ejercicio financiero del 2006.
La subauditora interna, Pilar Castro, no pudo precisar cuál es el grado de cumplimiento a esa fecha. Colaboró Rónald Matute, editor.
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