París. AFP. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy, denunció ayer un "verdadero genocidio" en la región sudanesa de Darfur, un término que hasta ahora solo usaba Estados Unidos y frente al cual la comunidad internacional mostró muchas reservas.
“Francia actúa para poner fin lo antes posible a este genocidio”, declaró Douste-Blazy a la radio francesa, recordando que su gobierno aprobó, dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, la decisión de desplegar una fuerza de la ONU más amplia en la región.
El término genocidio para calificar la situación dramática en Darfur es usado por Estados Unidos a instancias de su exsecretario de Estado Colin Powell.
Por su carácter grave, esta denominación es rechazada por Jartum y no ha sido usada hasta ahora en los textos de la ONU.
A pesar de las declaraciones de Douste-Blazy, horas después los portavoces de su ministerio aclararon que se trataba de “arbitrariedades graves” y no retomaron el término genocidio, dando a entender que la postura oficial de Francia al respecto no ha cambiado.
“El Ministro expresó nuestra gran preocupación por la situación en Darfur, donde se han cometido arbitrariedades graves, sobre todo a finales del 2004, contra la población civil”, declaró un portavoz.
La resolución 1564 del Consejo de Seguridad de la ONU retuvo el término “crímenes de guerra y contra la humanidad” para referirse a lo que pasa en Darfur.
Actualmente, Sudán se opone al despliegue de cascos azules de la ONU en la región, los cuales reemplazarán a la misión de la Unión Africana, que sufre problemas de equipamiento y financiación.
Esto ha despertado el sentimiento nacionalista en Sudán, llamando a la transición de la ONU una invasión de Occidente.
Desde hace tres años, los combates entre milicias rebeldes y gobierno en Darfur han dejado entre 180.000 y 300.000 muertos y 2,4 millones de desplazados.