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La mitad de las juntas de educación de escuelas y colegios conservan en sus cuentas bancarias unos ¢8.300 millones destinados a reparar los centros educativos.
José Lino Rodríguez, viceministro administrativo de Educación, afirmó que ese monto se acumula desde junio del 2003 y hasta mediados de este año.
Por año, el Ministerio de Educación Pública (MEP) entrega unos ¢24.000 millones a las 3.746 juntas de primaria y 534 de centros de secundaria.
Ese dinero es para que paguen los servicios de agua y electricidad y para que hagan mejoras en infraestructura, desde reparaciones hasta construcción de aulas.
También, las juntas reciben el dinero para comprar los alimentos que se les da a los estudiantes en los comedores escolares.
No obstante, algunas juntas educativas no ejecutan todos los fondos, principalmente los destinados a mejoras de infraestructura o compra de equipos tecnológicos para mejorar la enseñanza.
Esto provoca que el costo de las obras se incremente, lo que luego dificulta su ejecución.
Por esta razón, desde el año 2003 se acumula el equivalente a una tercera parte de los recursos que les corresponde a las juntas educativas por año.
De todos. El viceministro Rodríguez aseguró que hay varias razones que hacen que las juntas educativas conserven ociosos los recursos económicos.
Uno es la falta de capacitación para realizar las licitaciones que la ley exige cuando se va a contratar servicios o a realizar obras.
Esto obedece a que las juntas manejan fondos públicos, por eso son supervisadas por la Contraloría General de la República y deben cumplir con la Ley de contratación administrativa .
Otra causa es provocada por el propio Ministerio, según reconoció Rodríguez.
"El mismo Ministerio no deja gastar los recursos porque se tienen que aprobar planos y otros documentos y en ocasiones se atrasa", indicó Rodríguez.
El Viceministro apuntó que esto obedece a que todas las obras deben ser valoradas por el Centro Nacional de Infraestructura Educativa (Cenife), y en ocasiones se atrasa por la cantidad de planos que tiene que revisar.
El Cenife es el ente del MEP que debe brindar el criterio técnico de todas las obras que se construyan o reparen en centros educativos.
Leonardo Garnier, ministro de Educación, calificó estos atrasos como un “círculo vicioso”.
“Hacen los planos y los envían al Ministerio pero en ocasiones se tarda hasta un año en resolver y luego el dinero no alcanza para hacer la obra”, aseguró.
Esto provoca que el dinero se desperdicie, pues cada día alcanza para menos obras.
Según el viceministro Rodríguez, harán presión para que las juntas que tienen dinero ocioso lo gasten.
Además, capacitarán a sus miembros para que cumplan con todos los requisitos legales con el fin de que no se retrasen los proyectos, o estos sean denegados por algún incumplimiento legal.
Un caso. La junta del colegio El Carmen de Alajuela dispone de ¢28 millones para reparar el gimnasio, que fue clausurado por el Ministerio de Salud.
No obstante, no lo ha podido utilizar por líos burocráticos.
Álvaro Soto, de la dirección de ese colegio, dijo que la obra se atrasó porque el MEP les giró el dinero en tres tractos.
Una vez que tuvieron todos los recursos, hicieron una licitación pero el único oferente cobró más, por lo que tuvieron que declararla desierta.
Según Soto, ahora le pidieron permiso a la Contraloría para hacer una contratación directa, pero el papeleo ante el Ministerio les ha atrasado el proceso.
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