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Jiam, Líbano. AFP. "Nuestra sangre venció". Este mensaje de Hezbolá a Israel, escrito en inglés, se repite a lo largo de la frontera entre Líbano y el Estado judío, en una región donde la milicia chiita es venerada por los habitantes e impone el orden, pese a la presencia de la ONU y el ejército local.
“Los militares libaneses pueden vigilar la frontera y los soldados extranjeros pueden patrullar las calles, pero quien nos da seguridad sigue siendo Hezbolá”, garantiza Jalal Farane, un profesor retirado que vive en Qantara, ciudad al sur de Líbano.
Los retenes del ejército libanés, ausente del sur desde hace décadas, han aparecido en las últimas semanas en la zona.
En total, más de 15.000 soldados libaneses deben desplegarse en las próximas semanas.
Insuficientemente armados, con bases decrépitas y poco respetados por la población, estos militares son los primeros en darse cuenta de sus limitaciones a la hora de intentar poner orden.
“Formo parte del ejército, pero sé que solo Hezbolá protege el sur del Líbano. Ellos consiguieron que los israelíes se retiraran sin lograr sus objetivos”, afirma Firaz Mouh, mostrando su carné de militar.
Hasán Nasralá garantizó esta semana que la milicia seguía presente en el sur de Líbano y no tenía ninguna intención de marcharse.
“Si la ONU o el ejército libanés encuentran sus armas, entonces podrán quitárselas, pero primero tendrán que encontrarlas”, reta Jamil Chikani, cuya vivienda en Bint Jbeil fue prácticamente destruida por los bombardeos y ya ha recibido $10.000 de ayuda del Hezbolá.
Para los habitantes de Bint Jbeil, especialmente devastada por los bombardeos “todo el mundo en la localidad forma parte del Hezbolá”, de una forma o de otra.
“Ahora, quienes disparaban han guardado las armas y se dedican a limpiar las calles de escombros o a repartir ayuda entre los que perdieron sus casas”, explica Chikani, señalando a un grupo de jóvenes vestidos con camisetas del Hezbolá, que trabajan entre las ruinas de una casa.
“No tenemos nada contra los soldados de ONU, pero la duda es si vienen porque Israel se lo exigió o porque Líbano los necesita”, aseguró un alcalde de la región.
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