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Alajuela. El arbitraje de Alexandro Jiménez cayó en picada al minuto 60, con la expulsión del atacante alajuelense Mínor Díaz.
Díaz recibió la tarjera roja tras una entrada aparatosa por detrás a Leonardo González (aunque el "11" rojinegro tocó primero la pelota).
¿Fue drástico Jiménez? Tal vez, no; mas a la luz de cómo sancionó dos jugadas de Kenneth Vargas, la duda se instala. La primera de ellas fue alevosa.
Se trató de una plancheta contra Elías Palma que debió ser roja directa, como la de Díaz, porque el florense no tuvo intención de jugar la pelota (al menos el manudo tocó el balón antes de “llevarse” la pierna izquierda de González). Y solo fue amarilla.
No habían pasado ni dos minutos de tal acción de Vargas, cuando hizo otra entrada muy dura, esta vez a Pablo Salazar.
Era amonestación por juego peligroso, la segunda amarilla y la roja en consecuencia..., pero no.
Jiménez solo le llamó la atención de manera verbal –como hizo en otros lances del partido con otros jugadores– , Vargas se quedó tan campante en el campo y el humor se les terminó de descomponer a los liguistas, tanto en el campo como en la tribuna.
Mientras los seguidores manudos rugían de descontento, Herney Gómez –preparador físico– y el volante Yosimar Arias –quien ya se había ido relevado– fueron los damnificados en la planilla local: ambos terminaron en las duchas.
Poco después de aquella expulsión de Mínor Díaz, Jiménez le perdonó una evidente mano en el área a Elías Palma.
Mejor callado. “Del árbitro no voy a hablar, en la primera fecha lo hice y en los siguientes partidos me cargaron la mano”, aseveró el técnico liguista, José Hernández.
“Cuando el juez entra a perjudicar, ahí se acaba cualquier trabajo. La expulsión de Mínor Díaz no era así, pero digamos que salió por circunstancias del juego.
“Hubo una doble jugada de un herediano y no pasó nada; luego (el árbitro) emparejó en una acción intrascendente cuando todo estaba resuelto”, agregó.
A lo que se refiere Hernández fue la tarjeta roja de Junior Díaz sobre Harold Wallace, una patada tan inocente como innecesaria. El rojiamarillo se fue al 70’.
Junior cerró el desfile a los camerinos que había iniciado su técnico, Carlos Watson.
El estratega florense se fue al 37’, luego de que se hubiera encarado con un aficionado, quien estaba cerca del banquillo del Team.
Rándall Poveda dio cuenta de los hechos al central, este lo expulsó y Watson se fue.
“Sé que perjudiqué a mi equipo, pero me irrité porque insultos de racismo no los puedo aguantar. Yo conozco a la persona, no sé su nombre pero le dije que era un cobarde”, aseveró Watson.
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