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Guatemala y Venezuela están enfrascados en un duelo diplomático por un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU, mientras Costa Rica se apresta a buscar un lugar el próximo año.
Formar parte, aunque sea en forma temporal, del principal organismo de las Naciones Unidas da a un país la posibilidad de ser parte de las grandes decisiones que tiene que ver con la paz mundial, lo que por sí mismo justifica integrar el Consejo.
Sin embargo, un estudio de Harvard argumenta que los países en desarrollo que integran el organismo pueden obtener beneficios económicos derivados de sus votos en ese cuerpo.
El estudio denominado ¿Cuánto vale un escaño en el Consejo de Seguridad? Ayuda externa y compra de votos en la ONU revela que países miembros del Consejo ven aumentar en 59% la ayuda estadounidense, y en 8% la ayuda de entidades de la ONU.
Un organismo de la ONU que más aumenta su ayuda a los miembros del Consejo es el Fondo para la Infancia (Unicef), en el cual Washington históricamente ha ejercido una gran influencia.
El estudio presentado por Ilyana Kuziemko y Eric Werker, indica que los aumentos en la ayuda son particularmente relevantes en los años de grandes decisiones diplomáticas, como lo fueron las guerras en el golfo Pérsico.
El documento será publicado en la edición de octubre del Journal of Economic Policy .
El canciller costarricense, Bruno Stagno, comentó al respecto que los países que otorgan cooperación internacional toman como parámetro la coincidencia que tiene los Estados en temas de la agenda que se en la ONU.
Citó el caso de Estados Unidos, donde una ley pide al secretario de Estado remitir un informe anual al Congreso sobre el grado de coincidencias en las votaciones de los diferentes Estados miembros con Washington.
Principios. "Eso se utiliza como parámetro para que el Congreso determine el monto de ayuda o cooperación hacia los países", precisó Stagno, exembajador de Costa Rica ante la ONU.
No obstante, el ministro aclaró que la política exterior de Costa Rica “está basada en principios que son públicos y notorios”, y aseguró que, de llegar al Consejo, “en todas las posiciones estaremos fieles a esos principios”.
En ese sentido, destacó que el interés de Costa Rica de integrar el Consejo de Seguridad es “para ir a defender el derecho internacional y promover el multilateralismo”.
Guatemala y Venezuela se disputan el cargo que actualmente ocupa Argentina, mientras que Costa Rica aspira al puesto que el año entrante dejará vacante Perú.
República Dominicana ya expresó interés en disputar el puesto con Costa Rica.
Ambos países aprovecharon la reunión del Movimiento de los No Alineados, que reúne a 116 países, para promover su candidatura. La conferencia concluyó hoy en La Habana.
El estudio de Harvard utiliza fórmulas matemáticas para demostrar que la ayuda que reciben los países aumenta fuertemente el año de su elección al Consejo de Seguridad, y se mantiene durante los dos años que permanecen en el cuerpo de 15 miembros.
También hay casos que indican lo contrario, que países pueden ser sancionados cuando no votan como lo desea un país cooperante, como le ocurrió a Yemen.
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