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Jacó, Puntarenas. La condición de debutante en eliminatorias mundialistas pesó demasiado en el ánimo de los seleccionados ticos, que no tuvieron estatura ni ambición ni conjunto para superar a un equipo de más oficio y efectividad como el de Canadá.
Nadie discute que la Tricolor dio su mejor esfuerzo sobre la cancha de futbol playa de Jacó, Puntarenas, pero resultó insuficiente para avanzar al Mundial al no tener respuestas claras ante la rígida táctica del equipo norteamericano de esperar, cortar y "matar" en el contragolpe.
Al final, Canadá salió con un triunfo justo de 6-4 y el consiguiente pasaporte al Mundial de la FIFA en Río de Janeiro, Brasil, en noviembre.
Ayer la organización tuvo que cambiar de escenario. La cancha de Punta Leona “amaneció” hecha un pozo por la intensa lluvia que cayó toda la noche, lo que hizo necesario que las autoridades de la Concacaf revisaran las condiciones del terreno de la soleada Jacó, a 25 km de distancia, y decidieran mover la sede allí.
El estado del campo era bueno y muy pronto la rodearon eufóricos aficionados, quienes, envueltos en banderas, camisetas de la Tricolor y toda clase de bebidas, nunca dejaron de apoyar con cánticos, tambores y cornetas.
Ese ambiente tan cercano y acogedor se “comió” a los seleccionados, a quienes los derrotó no solo la superioridad del rival, sino la ansiedad y nervios que no supieron manejar.
Se enfrentaron a un conjunto visitante que posee una rápida salida en el fondo con los saques largos de un arquero de excelente ubicación, reflejos y liderazgo como el corpulento Jim Larkin.
Nada más al empezar el juego, en el primer minuto, una retención excesiva del balón de Christian Chichi Ovares produjó el primer gol canadiense de Sipho Sibiya, tras recibir pase de Yamada.
La Sele, entonces, recurrió a un individualismo improductivo. Parecía que cada miembro del equipo jugaba un partido aparte, mientras que su estratega intentaba hacer las variantes del caso. Algunas modificaciones no dieron resultados, pero otras sí, como Jeffrey Tuma Chavarría y Roy Myers.
Una jugada de Chavarría provocó el empate al 11’, con la media vuelta en el aire tras recibir de Ovares. Un golazo espectacular.
En el segundo tercio, el “griego” Kyriakos Selaidopoulos puso de nuevo en ventaja a Canadá. Respondieron Myers y nuevamente Chavarría para darle la vuelta al marcador para finalizar el segundo tercio 3-2. Pero Sibiya aprovechó otro descuido y fijó un dramático 3-3 para Canadá.
En el tercero y último período de 12 minutos, los canadienses fueron implacables con el 4-3 de Selaidopoulos, aunque el capitán José Pablo Calvo respondió rápido e igualó 4-4 con tiro libre de larga distancia.
Un par de los tantos despistes defensivos ticos en este torneo permitió que Kyle Yamada e Ian Carlos Díaz sentenciaran el partido.
Los ticos entraron en la desesperación y ya nada se pudo hacer.
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