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La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) permite a un grupo de funcionarios manejar un negocio privado de préstamos dentro de la institución, al punto de que las cuotas de los créditos se rebajan de la planilla.
El grupo aprovecha los vehículos y mensajeros de Recope para enviar los cheques con el dinero de los préstamos a sus clientes.
La organización también funciona como fondo de ahorro y es conocida dentro de Recope como la Caja San José.
Dicho negocio lo dirigen altos funcionarios de la Refinadora. Entre ellos están Pablo Bonilla, director de Personal; Fernando Mills Moodie, subauditor general, y Olga Quirós, secretaria de la Junta de Relaciones Laborales.
Bonilla es el presidente de la Caja, Mills el fiscal y Quirós la secretaria. Otro funcionario de Tesorería de Recope, llamado Gerardo López, es el tesorero.
Las cuotas de los préstamos y ahorros son transferidas de la planilla de Recope a la cuenta personal de un empleado del plantel de Ochomogo, en Cartago.
Negocio informal. La Caja San José es una organización informal. No tiene personería jurídica. Pero existe desde hace más de 30 años, aseguró su presidente, Pablo Bonilla. "Es una formalidad muy informal", comentó.
El negocio ya alcanzó unos 500 asociados y tiene un “buen capital”, dijo el directivo. Recope tiene 1.700 empleados.
La Caja presta dinero solo a sus afiliados con un interés del 1,5% mensual a largo plazo y un 5% mensual a corto plazo. Los créditos son pactados en letras de cambio, de acuerdo con el ahorro del deudor.
En Recope existen dos organizaciones formales que dan créditos. Una es el Fondo de Ahorro y la otra, Cooperecope.
La Caja tiene delegados ad honórem en los planteles de Recope para distribuir boletines y cheques. Este medio confirmó la presencia de delegados al menos en Barranca (Puntarenas), Moín (Limón) y La Garita (Alajuela).
Permiso antiguo. Bonilla explicó que hace más de 30 años uno de los fundadores del fondo logró que la empresa aplicara los rebajos en la planilla, pues en esa época “no había tantos controles”.
Cuando entraron a regir leyes que exigían más formalidad, “tuvimos que conseguir con el gerente de turno, hace dos o tres administraciones, que nos autorizaran a que se mantuviera (el sistema de rebajos”, dijo el funcionario, quien no recordó cuál gerente lo avaló.
Bonilla confirmó que emplean el sistema de correspondencia de Recope para enviar cheques.
Consultado sobre cómo consiguieron autorización para usar ese servicio, contestó: “Es que no hay que conseguir autorización”.
Este medio preguntó al subauditor, Fernando Mills, fiscal de la Caja San José, cómo se garantiza que el negocio no use recursos de Recope como transporte. Mills respondió: “Algunos compañeros son los que colaboran en eso, yo realmente no estoy en esa parte”.
Investigación. Al conocer la existencia de la organización, José León Desanti, presidente de Recope, solicitó el miércoles pasado investigar la relación entre la Caja y la empresa estatal.
Marco Rueda, auditor general de la Refinadora, prefirió abstenerse de analizar el caso, pues su subalterno inmediato está en la organización. Entonces, se designó al director jurídico para hacer la indagación.
Por su parte, el presidente de la Caja San José aseguró que laboran en ese negocio en las horas libres, se reúnen una vez al mes y celebran asambleas anuales.
Bonilla añadió que nunca han tenido que recurrir a los tribunales para cobrar una deuda pendiente, pues acuden a los fiadores, quienes aceptan pagar.
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