Un menor de edad al volante, un chofer sin licencia y otro que incumplió las normas de seguridad para llevar a un bebé en el vehículo contribuyeron este fin de semana a aumentar la lista de muertes en carretera.
La Policía de Tránsito atribuye la seguidilla de accidentes mortales ocurrida en setiembre a imprudencias cometidas por los conductores.
En lo que va del mes 17 personas han fallecido en las calles y por lo menos en cinco de estos casos la irresponsabilidad del conductor fue la causa.
Uno de los incidentes más dramáticos ocurrió el pasado 15 de setiembre en Brasil de Alajuela, donde un menor de cuatro años se cayó de la motocicleta que conducía su padre.
El niño, quien no llevaba casco, fue atropellado por un vehículo que iba cerca y era conducido por un joven de 17 años quien no tiene licencia para manejar.
Las estadísticas de la Policía de Tránsito demuestran que este tipo de imprudencias son la tercera causa de muerte, después del exceso de velocidad y el abuso del alcohol.
Poco tiempo. Germán Marín, director la Policía de Tránsito, consideró ayer que estos percances son ocasionados por la poca preparación que reciben los choferes antes de sacar su licencia.
Alegó que un curso de cinco días no es suficiente para que un adulto tenga toda la información necesaria para ser prudente en las calles.
Por otra parte, Marín sostuvo que un conductor con 10 años al volante es posible que haya olvidado muchos de los principios de seguridad vial que debe aplicar.
El funcionario opinó que esa deficitaria capacitación influye en la toma de decisiones de los conductores, quienes no siempre miden el riesgo de sus acciones.
A manera de ejemplo señaló que algunos conductores deciden acelerar cuando el semáforo cambia a amarillo, en lugar de frenar para que pasen los peatones.
Otro caso fue el de un joven sin licencia, de apellido Córdoba, quien el viernes pasado tomó una motocicleta para realizar un recorrido por las calles de San Miguel de Desamparados.
Su paseo concluyó en forma violenta cuando atropelló a dos adultos que resultaron heridos de gravedad. El motociclista también sufrió lesiones de consideración por no utilizar casco.
Otra víctima de una mala decisión fue un niño de un año quien murió el pasado domingo en la carretera Braulio Carrillo cuando el vehículo de su padre se estrelló contra otro.
El menor iba en brazos de su madre en uno de los asientos delanteros, en lugar de ir sentado atrás en una silla portabebé como lo ordena la Ley de Tránsito.
Días atrás, la ministra de Transportes, Karla González, anunció el pronto envío al Congreso de una reforma legal que pretende fortalecer la educación vial para choferes y peatones.