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Berlín. AFP. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller alemana Ángela Merkel perdió terreno en Berlín y en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, mientras que los socialdemócratas (SPD) salvaron su honor en la capital gracias al carisma del alcalde Klaus Wowereit.
Un año después de la elección legislativa federal, los dos comicios regionales del domingo se convirtieron en "un voto de censura a la gran coalición", comentó Klaus Schroeder, del instituto de ciencias políticas Otto Suhr, de Berlín.
Los electores alemanes no hicieron más distinciones entre el SPD y la CDU, socios de la coalición en el poder a nivel federal, y votaron por los pequeños partidos en señal de protesta.
La desaprobación fue subrayada, asimismo, por una participación electoral menor al 60% en los dos estados regionales.
En Berlín, “el efecto Wowereit” con la fuerte popularidad del alcalde de la capital dio sus frutos, permitiendo a los socialdemócratas seguir al frente por delante de la CDU de Merkel, que obtuvo el 21,3% de los votos, su peor resultado desde la posguerra en la capital.
El Partido de Izquierda (LP) permaneció estable con entre el 16,8% y el 16,9% de los sufragios.
El SPD y la CDU parecen haber subestimado la frustración de los electores en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Convertido en la primera fuerza política, por delante de la CDU, el SPD perdió uno de cada cuatro electores, es decir, 10 puntos del porcentaje de votos con respecto al 2002.
Con el 28,8% de los votos y en retroceso en comparación con el 2002, los democristianos no lograron convencer en las tierras electorales de Merkel y exhortaron a formar, en ese segundo estado gobernado por una coalición entre socialdemócratas y neocomunistas, una gran coalición con el SPD, según el modelo federal.
“No ha habido un mejoramiento para la canciller, sino una pérdida”, consideró Schroeder.
Berlín y Mecklemburgo-Pomerania Occidental son los dos últimos estados federados gobernados todavía por coaliciones de socialdemócratas y neocomunistas.
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