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Exprimer ministro de Estonia explica su milagro económico

Laar impulsó un grupo de reformas cuya columna fue el ‘flat tax’ País báltico subió la recaudación, y bajó la desigualdad y la inflación

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El exprimer ministro de Estonia, Mart Laar, compartió ayer con grupos de opinión y con el Gobierno la forma en la cual logró el "milagro económico" de su país.
Laar lideró desde 1992 un grupo de reformas en el país europeo cuya columna vertebral fue el flat tax o impuesto plano, que consiste en aplicar una misma tasa a todos los contribuyentes.
Las reformas incluyeron, además, la liberalización comercial, una reforma bancaria y la privatización de entidades públicas.
Los resultados provocaron que rápidamente sus países vecinos siguieran el mismo camino.
Además, lograron reducir la desigualdad y el desempleo.
En 1992, Estonia tenía una inflación del 1.000% anual y la economía decrecía un 30% por año; 13 años después, la inflación fue apenas del 2,5% anual y el crecimiento en la producción alcanzó el 7%.
El ingreso por persona (producción entre la población) es superior a los $14.000 y se triplicó en tan solo cinco años. En Costa Rica es de $9.000.
Estonia es hoy uno de los países más modernos, y se perfila como el líder en el gobierno electrónico.
En Estonia se creó el software para el Skype, una red de telefonía muy barata por Internet.
El mecanismo. Laar introdujo la aplicación del flat tax en 1994 con una tasa del 26% sobre los ingresos de las corporaciones y las personas, aunque consideraron también una tasa del 30%, según comentó ayer en una entrevista con este diario.
Generalmente, los países que aplican el flat tax exoneran a quienes reciben un ingreso mínimo.
El temor generalizado en Estonia, y también del Fondo Monetario Internacional, era que la recaudación de impuestos disminuyese con este tributo.
Los grupos de mayores ingresos, comentó Laar, fueron los que más se opusieron pues la complicación del sistema tributario anterior les abría portillos para pagar menos.
El resultado fue un aumento en la recaudación hasta llegar a una carga tributaria (porcentaje que representan los ingresos por impuestos de la producción) de 32% de su producto interno bruto, incluidas las cargas sociales. En Costa Rica, dicha carga ronda el 18%.
En su país, comentó Laar, el impuesto plano resultó progresivo pues puso a pagar más a los grupos de mayores ingresos con respecto al sistema anterior.
La mejora en la recaudación de impuestos permitió que en el año 2000 se eliminase el tributo sobre las corporaciones y se dejara solamente al ingreso de las personas.
Si las corporaciones reparten sus dividendos, este país le cobra el impuesto plano a la persona sobre el dividendo que recibió; no obstante, si la empresa reinvierte los dividendos, no paga nada.
La mayor recaudación permitió bajar la tasa del impuesto a 23%.

  • POR Patricia Leitón / pleiton@nacion.com
  • Economía
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