La compra de un producto o servicio debe ser una experiencia placentera, los compradores sienten motivación y satisfacción al comprar, las empresas deben entender estos impulsores y otorgar más satisfacción; agregar valor.
La visita de un cliente debe ser una experiencia novedosa o sorpresiva, debe crear una sensación, que influya e incite a comprar y a volver. El resultado es más ventas y mayor lealtad.
El estilo de vida de la familia actual requiere del mercadeo vivencial para atraer a los niños; estos influencian las compras de sus padres. Los centros comerciales utilizan estrategias de mercadeo vivencial con ferias, juegos y entretenimientos en general.
En Estados Unidos, una cadena de tiendas tiene música en vivo con bandas populares; una tienda de artículos deportivos, una pared de alpinismo para que prueben los artículos que vende. Mueblerías, tiendas de electrónica y otras dejan que los clientes toquen y usen los artículos en venta. Las compras por Internet no tienen estos grados de satisfacción.
Es aburrido visitar algunas entidades y empresas, en el área de clientes tienen TV y ofrecen café, pero resulta insuficiente. Es necesario proveer contactos inesperados, excitantes y entretenidos, que perturben alguno de los cinco sentidos, puede ser olor, música, decoración. La imaginación y el buen gusto es el límite.
Los estudios demuestran que los clientes recuerdan más las vivencias que huelen o degustan, luego las que tocan o oyen y por último las que ven.
Acciones de mercadeo vivencial serán cada vez más apreciadas, aumentan la vinculación del cliente actual y atraen nuevos.