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Brasilia. Reuters, AP y EFE. Un escándalo que estalló en Brasil y que tiene como protagonista a un allegado del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorecería al candidato opositor Geraldo Alckmin y forzar a una segunda vuelta en los comicios del 1.° de octubre, según analistas.
Freud Godoy, un exasesor de Lula y de la primera dama, fue acusado por un abogado y empleado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de ordenar la compra de documentos para acusar de ilícitos a candidatos opositores.
La acusación del abogado Gedimar Passos se produjo al ser arrestado por la policía con el equivalente a $900.000 en efectivo.
Tras la denuncia, Godoy renunció el lunes a su cargo de asesor de la presidencia, pese a que negó cualquier participación suya en la presunta maniobra.
Según las últimas encuestas Lula sería reelecto el 1.° de octubre sin necesidad de segunda vuelta, pero de acuerdo con los analistas, esa tendencia podría revertirse.
El analista Carlos Lopes, de la consultora Santa Fe Ideias, apuntó que lo que se transmite al electorado es "otra vez el PT en un escándalo", un escenario que podría llevar a sectores de clase media a votar por Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y quien era uno de los blancos de los supuestos documentos.
Por su parte, Alckmin, animado con el nuevo escándalo, afirmó ayer que las elecciones de octubre se encaminan a una segunda vuelta donde se defina al ganador.
Alckmin, quien en la última encuesta llegó a 29%, enfatizó en las constantes denuncias y escándalos de ilegalidades entre miembros del PT de Lula da Silva.
“Mi partido no está en el submundo del crimen, pero infelizmente la política brasileña está, desde que el PT asumió el gobierno, más en el submundo del crimen”, aseguró el principal rival de Lula.
En tanto, el presidente Lula, quien se encuentra en la asamblea de la ONU en Nueva York , dijo por medio del ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro, estar “perplejo, incomodado y triste” por el nuevo escándalo.
Para evitar una segunda ronda electoral, Lula deberá alcanzar el 50%, porcentaje que le dan los últimos sondeos pero que lo ponen en un peligroso límite.
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