Toronto. EFE. Con la ayuda de los Medias Rojas de Boston, sus mayores enemigos, los Yanquis de Nueva York se proclamaron campeones de la División Este de la Liga Americana.
Los Yanquis perdieron 3-2 ante los Azulejos de Toronto, pero la derrota de Boston ante los Mellizos (8-2) le aseguró el banderín al equipo de Joe Torre.
Nueva York solo necesitaba un triunfo, o la derrota de su archirrival, para asegurar el título.
Este es el noveno año consecutivo en que los Mulos se convierten en campeones de su división. También es la ocasión número 12 seguida en que este equipo avanza a la postemporada.
El partido contra los Azulejos tuvo como protagonista al receptor puertorriqueño Bengie Molina, que pegó su jonrón número 17 de la temporada para abrir un racimo de tres carreras en la parte baja de la cuarta entrada.
Su compatriota Alex Ríos también ayudó a la causa canadiense con doblete impulsador del 3-1.
El bateo oportuno de Molina y Ríos llegó después que el abridor estelar de los Azulejos, Roy Halladay, tuvo que abandonar el montículo con un tirón en el brazo.
Retraso. Los Yanquis tuvieron que demorar media hora su festejo, luego de que su partido en Canadá concluyera, y mientras esperaban el desenlace en Boston.
La lucha entre los eternos rivales se mantuvo durante la mayor parte de la temporada, hasta que los Yanquis barrieron una serie de cinco partidos que ambos equipos disputaron en el Fenway Park de Boston a finales de agosto.
En ese momento tomaron una ventaja de seis juegos y medio que resultó ser decisiva.
Los Yanquis resurgieron con su mejor juego de ataque después de conseguir los servicios del jardinero venezolano Bobby Abreu, que fue traspasado por los Filis de Filadelfia el pasado 30 de julio.
Boston, en cambio, sufrió lesiones de hombres valiosos y no tuvo suerte con los refuerzos.