Marjayoun, Líbano. AP. Los guerrilleros de Hezbolá han desaparecido del sur libanés reintegrándose a la población civil, pero que la paz perdure depende de cómo acepte la organización islamista la presencia del ejército libanés y los cascos azules de la ONU en esa parte del país.
La multitudinaria manifestación de Hezbolá en el sur de Beirut, el viernes, fue una demostración de fortaleza de que no desaparecerá y que sus guerrilleros poseen armas, aunque las nuevas fuerzas procuran asegurar que no las usen.
Una calma duradera en el sur del Líbano podría representar el surgimiento de un nuevo orden en un área que durante décadas ha soportado el hecho de ser el único frente activo del conflicto árabe-israelí, eliminando una fuente importante de tensión que por décadas ha amenazado con hundir a la región en una guerra.
La franja de Gaza y Cisjordania serán los únicos dos escenarios que queden en el conflicto, ya que Egipto y Jordania tienen tratados de paz con Israel, y la calma prevalece en la frontera israelí con Siria.
Al Líbano, la calma en la región sur del país le permitirá comenzar con la reconstrucción después de los 34 días de enfrentamientos entre los guerrilleros de Hezbolá y las fuerzas israelíes, que dejaron en ruinas a la mayor parte de la infraestructura.
Los cascos azules de la ONU apostados actualmente en el sur del país, son unos 5.000. Pronto saldrán los soldados israelíes. El jefe del ejército israelí, Dan Halutz, expresó que esperaba terminar su evacuación gradual del Líbano en los próximos días.